Por Francisco Javier Sandoval Torres

En su memorable discurso del 5 de febrero de 1979, en la Segunda Reunión de la República, Don Jesús Reyes Heroles, entonces secretario de Gobernación, expresó que tiene que lucharse porque la sociedad civil sea cada vez más sociedad política y de esta manera evitar que el Estado y los gobiernos se alejen y se sobrepongan a la sociedad.

En aquel mensaje trascendental, Reyes Heroles formuló una sentencia que continúa totalmente vigente en la actualidad:

“NO PUEDE HABER ALGO PARA EL PUEBLO SI NADA ES POR EL PUEBLO”.

Precisamente por ello, uno de los sustentos más importantes de la transformación democrática en Nayarit, es la participación del pueblo, para terminar la época de gobiernos impuestos, corruptos y opresores, como lamentablemente vino ocurriendo desde hace muchas décadas.

EL COLAPSO.

Sobre el tema, es oportuno señalar una de las más perniciosas herencias del poder autoritario instaurado en 1946-1951:

El colapso de gobiernos, autoridades e instituciones locales.

Un colapso materializado en dependencias e instancias públicas desvirtuadas, deformadas y despojadas de su sentido ético y social, debido fundamentalmente a la exclusión del pueblo en las decisiones de poder.

¿QUÉ HACER?

Ahora bien, surge la interrogante clásica: ¿Qué hacer?

LA CIUDADANIZACIÓN DEL PODER.

La respuesta debe ser el viraje estratégico, consistente en asumir que la crisis heredada sólo puede resolverse de manera permanente, con la participación organizada del pueblo.

En ese sentido, en Nayarit está demostrado que para construir nuevas estructuras institucionales, sociales y políticas, no basta con ganar elecciones ni con acceder al gobierno, porque eso ya se hizo y los resultados fueron negativos.

Lo que realmente cambia las cosas es que los ciudadanos intervengan y participen en la toma de decisiones y en la implementación de las políticas públicas, en todos los niveles.

EN RESUMEN, IMPULSAR LA CIUDADANIZACIÓN DEL PODER POLÍTICO.

Por ello, aquí en Nayarit, en esta hora de la transformación, existe consenso de que la instauración de un poder público de nuevo tipo, debe apoyarse en una ciudadanía informada, organizada y actuante.

Hoy, la ciudadanía debe intervenir activamente en la gestión de los aparatos gubernamentales para utilizarlos en la solución de problemas colectivos, en la observancia del Estado de Derecho y en dar seguridad a la vida y los bienes de la población.

SOLUCIONES DIFERENTES.

Pero la ciudadanía nayarita de hoy requiere de una nueva metodología para superar los grandes rezagos que dificultan emprender el camino hacia el progreso del estado.

Por ello, es imprescindible y urgente superar los limitados enfoques tradicionales de acción ciudadana, porque vivimos una realidad diferente que reclama soluciones diferentes.

Pero sobre todo, la propuesta debe ser la participación democrática autónoma, alentada por el poder público.

UN NUEVO GOBIERNO ESTATAL.

En efecto, frente al desastre y la crisis heredados por las administraciones anteriores, las y los nayaritas debemos fortalecer nuestra organización, crear nuevas formas de participación para intervenir en la política, incidir en la conducción de las instancias de decisión pública.

ACTIVA PARTICIPACIÓN POPULAR.

Para impulsar el proceso de transformación que por fortuna está en marcha, se requiere de la activa presencia popular; que trabajadores, campesinos, maestros, pescadores, estudiantes, etc, participen en ejidos, en las colonias, en los barrios, hablen en las comunidades, informando, orientando y recogiendo los problemas, las necesidades y las aspiraciones populares colectivas, para su atención y solución.

INFLUIR EN LAS DECISIONES.

Y esto significa preparar las condiciones objetivas y subjetivas para lograr que “el sentir de la gente influya en la toma de decisiones, en todos los niveles, para que la sociedad ocupe el centro del escenario y pueda afirmar, con razón: nosotros somos los sujetos”. (Julieta Campos).

Reconozcamos todas y todos que la atención a los intereses del pueblo, sólo se logra con ciudadanos que participen con decisión y con entusiasmo en la construcción y gestión de lo público.

DOS CUESTIONES FUNDAMENTALES.

Culmino el análisis del importante asunto de interés público, que es la participación del pueblo como motor del cambio, subrayando dos cuestiones fundamentales:

1. La participación organizada del pueblo, es el origen y sustento de todo gobierno democrático.

2. Si y solo si el pueblo participa, hay transformación.

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