Por Heriberto Murrieta
Volatilidad
El torneo del futbol mexicano se encuentra en la recta final y esta semana se disputarán las semifinales, a visita recíproca.
Para llegar a esta instancia, el campeonato pasó por el primer filtro del repechaje. No puede ser más benévolo el sistema de competencia de nuestro balompié. Doce equipos avanzan a la segunda ronda. Es decir, el que termina en duodécimo lugar puede llegar a ser campeón. Más partidos, más publicidad y más ingresos pero es un formato que, lejos de estimular la excelencia, fomenta la mediocridad.
El torneo es altamente volátil. Al América y el Guadalajara les bastó con cerrar bien la fase regular para meterse en la liguilla. El conjunto capitalino repuntó después de encontrarse en el mismísimo sótano en las primeras jornadas y hoy es serio candidato a conquistar el título tras eliminar al Puebla con polémico arbitraje de Fernando Guerrero en la cancha del Estadio Azteca. Con todo en contra y la embarcación haciendo agua, el argentino Fernando Ortiz, que sustituyó al también pampero Santiago Solari, logró incentivar a sus jugadores y cambiarle la cara a un equipo invertebrado que parecía desahuciado.
Junto a la mencionada volatilidad, otra característica llamativa del balompié nuestro es la ausencia del ascenso y el descenso. En cualquier liga que se respete, el mejor de la Primera desciende a la Segunda y el mejor de la Segunda asciende a la Primera.
Pero aquí tenemos una suerte de sobreprotección de las franquicia de media tabla para abajo que se eternizan en el máximo circuito, restando un sentido deportivo a la campaña. ¿De qué le sirve al Morelia haber ganado el título de la Liga de Expansión? El canario seguirá en su expandida rama sin derecho a subir a la Primera División.
Incorregible
Cuando uno supondría que Miguel Herrera ya se atemperó y se logró controlar, fue expulsado en el partido de ida entre Cruz Azul y Tigres, y se convirtió en el técnico más expulsado en la historia del futbol mexicano.
Un récord que refleja el temperamento, el descontrol y la mecha corta del popular “Piojo” que, por lo demás, es un entrenador de probada capacidad. Entre paréntesis, el futbol de los Tigres bajo su mando ha sido mucho más proponedor, abierto y espectacular que el que los felinos ofrecían en tiempos de Tuca Ferretti.
Hace apenas unas semanas, Miguel parecía acercarse de nuevo a la Selección ante el pobre funcionamiento del equipo verde y los problemas de salud del entrenador en funciones, pero sus actitudes pleitistas ponen en duda su posible retorno al banquillo, alumbrado por incontables reflectores, del colectivo nacional que disputará el Mundial de Catar el próximo invierno.
Mensaje
Quisiera agradecer profundamente a los queridos amigos Echevarría y a Jorge Enrique González, la oportunidad de escribir a partir de hoy en este diario. He trabajado en la prensa escrita desde 1987.
Saludo afectuosamente a los amables lectores. Dos veces por semana nos encontraremos en estas páginas para opinar sobre los temas de actualidad en materia deportiva y taurina.
Buscaré ser meridiano en el Meridiano.
