Por José Luis Olimón Nolasco
Quienes estamos conectados, por uno u otro medio de comunicación a fuentes de información, en días recientes hemos sido objeto [¿víctimas?] de una cantidad impresionante de “spots” con ocasión del 4° Informe Presidencial [oficial] de Andrés Manuel López Obrador al frente del Poder Ejecutivo. Según las cuentas de “Aristegui Noticias” se han venido transmitiendo más de 21,000 al día en 777 canales de televisión a lo largo y ancho del país. Se ha mencionado que se transmitirían 13 “spots” diferentes, de los cuales, logré rastrear algunos, los cuales procederá a explorar en las siguientes “palabras”.
En todos ellos, la figura [el actor] central, prácticamente único, es el propio presidente [el resto de quienes aparecen, solo están presentes, pasivos, salvo los adultos mayores que, al final, aplauden al presidente] y el “mantra” explícito clave es: “no somos iguales” [el implícito es “somos distintos y mejores”, con esa expresión en primera persona de plural, antiguamente denominado “mayestático”] y, parecen tener como pretensión mostrar los principales logros de esa transformación.
En el ámbito de las obras: el Aeropuerto Felipe Ángeles [1]; el Tren Maya [2]; la Refinería de Dos Bocas [3] y el Banco del Bienestar [4].
En el primer caso, se afirma que los gobiernos neoliberales no fueron capaces de construir algo semejante en tan poco tiempo y con tal ahorro de recursos. En el segundo y el tercero, se contrasta el espíritu destructor de los gobiernos neoliberales que acabaron con los trenes de pasajeros y abandonaron las 6 refinerías, con el presente que construye un tren de pasajeros con carros construidos en México, rescata las refinerías abandonadas, compra una y construye otra, lo que permitirá la autosuficiencia energética y que no suban los precios de los combustibles. En el cuarto, aparece también el contraste entre el uso del presupuesto —el dinero sagrado del pueblo— que hacían los gobiernos neoliberales para rescatar a los banqueros y el uso del presupuesto de la presente administración, en apoyo del pueblo.
En esa dirección de los apoyos al pueblo, se pueden incluir cinco “spots”: el que se refiere al que puede ser considerado como el programa social insignia: la pensión a los adultos mayores; el de los precios de garantía; el apoyo a los pueblos indígenas; el apoyo en educación y el apoyo en salud. Para no variar —antes se decía, en un tono un tanto irónico “para variar”— en el “spot” de las pensiones a los adultos mayores, se contrasta este programa con las pensiones que los gobiernos neoliberales otorgaban a expresidentes y funcionarios de alto nivel; en el de los precios de garantía, se habla del apoyo a dos millones de ejidatarios y pequeños propietarios que fueron desatendidos por los gobiernos neoliberales; en el “spot” orientado a los pueblos indígenas, refiere la restitución de aguas y tierras a los pueblos yaquis, en contraste con la desatención a la gente humilde de los neoliberales; en el “spot” dedicado a la educación se contrasta el maltrato a los maestros por parte de los gobiernos neoliberales con el aumento salarial a los maestros, la concesión de 6 millones de becas [a estudiantes] y el presupuesto para mantenimiento con que cuentan 116,000 escuelas, así como la creación de 145 universidades y, en el dedicado al tema de la salud, se contrasta la tendencia neoliberal a privatizar la salud con el propósito, de esta administración, de levantar el sistema de salud pública ofreciendo atención médica y medicamentos gratuitos. En estos dos “spots”, por cierto, remarca el carácter de derechos que tienen.
Ahora bien, de ese conjunto de “spots”, hubo dos que me dejaron más dudas que otros: el que se refiere a los “ahorros por austeridad” y el de la “reducción de delitos”…
En el sexto “spot”, el presidente contrasta su gobierno con los gobiernos neoliberales desde el paradigma juarista de “honestidad y austeridad” y afirma que durante su administración se han ahorrado 2 billones 400 millones de pesos: 1 billón 700 millones por no permitir privilegios fiscales; 200 mil millones por no permitir “guachicol” y 500 mil millones por no permitir la corrupción y lujos en el gobierno y sostiene todo eso se ha hecho en beneficio del pueblo.
Sin tener “los pelos en la mano” al respecto, al buscar “otros datos” en sentido inverso a la búsqueda oficial, pocas veces específica, encontré un artículo de Macario Schettino que citó aquí:
“[El gobierno de López Obrador] ha incrementado los pasivos del gobierno en 30 por ciento, pero si le sumamos a eso la contracción de gasto en salud, educación, infraestructura, administración, así como el agotamiento de los ahorros de los 25 años previos, los excesos de este sexenio suman ya poco más de 5 billones de pesos (alrededor de tres en deuda, uno de ahorros y otro de reducción de gasto en infraestructura, educación, salud, agricultura, etcétera)”.
En el caso del “spot” referido a la reducción de delitos, sí me atrevo a expresar mi punto de vista crítico en “palabras” propias, a partir del propio “spot”, en el punto de la baja del 10% en homicidios.
Teniendo como fondo una gráfica comparativa de homicidios, el mensaje presidencial destaca el aumento que se dio en ese rubro durante los gobiernos de Vicente Fox [1.6%], Felipe Calderón [192.8%] y Enrique Peña [59%] y la disminución del 10.4% entre 2019 y 2022, de enero a junio [sin precisar si ese enero es de 2019 0 de 2022].
Sin embargo, basta con contemplar la gráfica del fondo, para encontrar “otros datos” que poco tienen que ver con esa disminución: 60,280 homicidios en el sexenio de Fox; 120,563 en el de Calderón; 156,066 en el de Peña y 128,152 en los 4 primeros años de AMLO, una cifra que, comparada con las de los sexenios anteriores nos dan un 212.6%, 106.3% y 82.1% respectivamente.
Al final de estas “palabras”, una expresión que puede resumir los “spots” del Cuarto Informe; una expresión que no pude evitar que emergiera en mí y que ahora y aquí se hace digital: ¡Vamos todos a Amlolandia!