Años atrás mi compañero Ramón Barajas Bravo y yo, caminábamos sobre la Francisco Villa, antes de llegar a unos tacos deliciosos que por ahí vende la familia Pano.
DISCUTÍAMOS
Ramón y el que esto escribe habíamos recién salido de la Cruz Roja Mexicana y estábamos muy cansados, así que entre los dos discutíamos la posibilidad de hablar con el taquero para que nos fiara los alimentos.
VIMOS A DISTANCIA
Cuando estábamos por aproximarnos, vimos a la distancia lo que parecía era una pelea.
Entre más nos acercábamos al cruce de Francisco Villa y Berlin, en la colonia La Vena, nos dimos cuenta que el pleito no era tal, más bien que uno de ellos estaba siendo agredido con una navaja.
CARAY
En un momento dado se incorporó uno de ellos y se dio a la huida, mientras que el hombre que estaba agonizando era hijo de un taxista.
COMO PUDIMOS
Por la premura del tiempo le taponamos las heridas como Dios nos dio a entender, para evitar que se los fuera a desangrar el paciente, en lo que le llamaban a una ambulancia de la Cruz Roja.
DON EULALIO
Obviamente lo que queríamos era que no se nos muriera aquel joven, pues no aplicamos ninguno de los conocimientos había inculcado recién el instructor Eulalio Avila, que en esos temas era lo más “piola” que había por estos lares y que había llegado procedente de Tula, Hidalgo a instalar la red contra incendios del hotel Marriott Casa Magna.
CERO TÉCNICA
Cuando le tapamos las heridas al paciente y vimos que ya iba estable rumbo al viejo hospital regional, ambos exclamamos: “Misión cumplida”.
SE NOS FUE LA SANGRE
Chin… al mismo tiempo dijimos, se nos había olvidado tomar las fotografías de rigor. Con la “cola entre las patas”, ya no fuimos al puesto de tacos, nos fuimos al periódico que estaba por Lucerna y Francia, en la colonia Versalles.
UN VOLADO DECIDIÓ
Ahí también nos rifamos la suerte de ver quien le decía a nuestro jefe, Héctor García Lugo, subdirector del periódico Policías y Ladrones, porque ya sabíamos el tipo de baño que se nos aproximaba. Por suerte, Ramón Barajas le explicó que no llevábamos las fotos porque preferimos atender a un paciente y que se nos había olvidado tomarle fotografías.
¿QUE CREEN?
Ah, pues eso mismo me sucedió ayer mismo, cuando al circular por la calle Colibrí, casi es su cruce con Aguila en la colonia Los Sauces, vi en cámara lenta como caía un señor.
BICICLETA
Así que apresuré el paso para ayudarle a que se incorporara. El señor, por principio de cuentas tripulaba una bicicleta adaptada, tiene una pierna inmóvil, cuando cayó fue a pleno arroyo vehicular, así que no se puede valer por sí mismo y aún así su valentía de andar para arriba y para abajo.
DE BAHIA A VALLARTA
Nos dijo que él vive en San Vicente, municipio de Bahía de Banderas, pero que por comodidad vive en Los Ramblases, aquí en Puerto Vallarta.
AGÜITA Le ofrecí un vaso con agua de arrayan que recién había adquirido con el restaurante “Pegamama”. Solo que no tiene azúcar y dijo: “mejor”. Después de asegurarnos que estaba bien y que podía irse sin problema, nos despedimos y como antes, no le tomé las fotos.