“La única diferencia actual entre liberales y conservadores es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores a misa de ocho”, dice el coronel Aureliano Buendía, en Cien Años de Soledad. Eso sucede en el México actual. Decimos que no somos iguales, pero somos idénticos con retorcidos discursos que descalifican unos a otros. No deberíamos sorprendernos, porque ha sido nuestra eterna historia. Siempre actuamos en dos bandos sin ansias de reconciliación. En el virreinato, en la Independencia, en la Reforma, en la Revolución y en la postrevolución. Tal vez conventa que unos y otros vayamos a misa de seis. O de siete si se prefiere. Vale la pena intentar la prueba. Hay más posibilidad de ganar que de perder. Hay naciones más desgarradas por el enfrentamiento que han logrado reinventarse.