La semana que termina dejó varios puntos para la reflexión, empezando por los abucheos a varios jugadores de la Selección Mexicana, entre ellos Guillermo Ochoa, el domingo pasado en el Estadio Azteca.

No se advierte una campaña mediática como tal, aunque puede ser que las opiniones de comentaristas importantes de la televisión influyan en la manera de pensar de los aficionados.

Lo que sí percibimos con claridad es el descontento, el enojo, acaso el hartazgo del público después del rotundo fracaso del equipo nacional en el Mundial de Catar.

El público tiene dos sopas: no asistir al estadio y así expresar su descontento o asistir y hacerse sentir como lo hizo en el Azteca.

Ahora bien, ¿qué tan viscerales o meditados son sus reproches? Por una parte, hay un raro placer de elevar a los ídolos para luego derrumbarlos (lo he visto en el futbol, el box y los toros) pero por otra, es evidente la molestia provocada por el aburguesamiento de jugadores inflados por la maquinaria comercial y los medios de comunicación.

En lo estrictamente futbolístico, la Selección que empató con Jamaica es pan con lo mismo. Los mismos hombres perdedores y fracasados del Mundial anterior. Casi idéntica alineación. El nuevo entrenador no parece tener intención de renovación. No vencer a los jamaiquinos en Santa Úrsula es una verdadera vergüenza.

Calzador

Diego Cocca llegó con calzador a la Selección. Su arribo es la clara muestra de que un grupo de poder coloca al entrenador sin el consenso de los demás dueños de clubes. Esto quiere decir que, de entrada, el procedimiento de elección no es el más adecuado para un balompié desunido que lejos de avanzar, retrocede.

En entrevista para ESPN, Ignacio Ambriz. técnico del Toluca, manifestaba su inconformidad por no haber sido nombrado entrenador de la Selección. Y es que se da preferencia a los extranjeros, tanto en clubes como en la escuadra nacional. Malinchismo puro.

Ambriz se quejaba de que lo han calificado como un estratega de bajo perfil. Morenito, para más señas. ¿Los absurdos prejuicios, el clasismo y la discriminación pesan para tomar decisiones importantes?, ¿por qué no le dieron el mando, si es que cuenta con argumentos de sobra?, ¿llegará Diego Cocca al Mundial de 2026?

Prisión

Causó revuelo la detención de Walter Gaitán, el talentoso jugador argentino de los Tigres de hace casi 20 años. Lo acusan de violencia familiar. Su pareja lo denunció la noche del jueves ante las autoridades.

Días antes de su encarcelamiento en el municipio de Guadalupe, circuló un video donde el llamado “Divino” aparece en un antro haciendo una seña con la mano en la nariz como quien pide droga. Periodistas locales refieren que su situación económica es precaria. Tenía un trabajo como utilero en un equipo de Tercera División de Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Los ídolos se derrumban -decíamos líneas arriba- por motivos de desgaste popular, pero también caen por sus excesos, los vicios y la falta de rumbo y control. Una desgracia.

Con 80 goles, Gaitán es el tercer mejor anotador en la historia de los Tigres. Tras su paso por los felinos, recaló en el Necaxa y el Veracruz.

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