A Emilio González gobernador, durante una comida en casa, le pregunta su secretario de Finanzas qué había sido antes de ser político. “Niño”, contesta, recuerda Antonio Echevarría Domínguez, durante un desayuno con columnistas y articulistas. Él, que antes de político fue empresario exitoso, memorioso, habla de cuatro gobernadores: los dos de los que fue tesorero, de su hijo y del que ahora ha emprendido cambios de gran calado para salvar al gobierno estatal de la quiebra.
A los 31 años recibe la invitación para ser secretario de Finanzas del recién electo gobernador Rogelio Flores Curiel, cargo que repite con Emilio González. Valora el orden y organización del primero, y “con el debido respeto” señala la propensión de decir a todo sí del segundo. El coronel revisaba mensualmente con lupa los ingresos y los gastos de todas las áreas. El político le decía: “compadre, ni me enseñes tus informes, ni les entiendo”. González empezó el aumento insostenible de prestaciones, como el aguinaldo. El gobierno federal daba 40 días y el estatal 60. Cierta ocasión Manuel Bartlett le habló a don Emilio para reclamarle y decirle que el Presidente de la República no podía seguirle ayudando a resolver esos enormes gastos. Le pidió entonces a Echevarría Domínguez que ya no lo dejara solo. Pero era demasiado tarde. Tiempo después Ney González aumentaría el aguinaldo a 75 días.
El hijo del dos veces tesorero, Antonio Echevarría García, tuvo que impulsar reformas en la Universidad y en la relación con los trabajadores al servicio del estado. El ex gobernador reconoce la decisión del doctor Miguel Ángel Navarro Quintero llegar a fondo para evitar la quiebra total del gobierno estatal. Si se mantiene el estado de cosas, “no habría ya nada ni siquiera para barrer o hacer alguna obra”.
Echevarría Domínguez acaba de celebrar en 2022 los 50 años de Grupo Álica y apenas en marzo los 70 años de Embotelladora del Nayar. Quien conoce el poder del empleo, pues sus empresas generan casi 6 mil puestos laborales, admite el valor de los programas sociales pero reitera, contundente, que “sólo el trabajo acaba con la pobreza”. Lo dirá cuantas veces sea necesario. Es su credo.
El empresario seducido por la política siempre es noticia, y aunque en toda ocasión le preguntan de política él insiste en hablar de empresa: “Nayarit necesita más empresarios, más emprendedores que generen empleo”. “Siempre he insistido en que los trabajadores tengan un puesto en el consejo de administración de las empresas, para que entiendan la realidad y sean objetivos al pedir aumentos y prestaciones”.