Una cascada con agua contaminada desemboca en la opinión pública de Nayarit. Desde lo alto de la nación, bajan corrientes de información en busca de desprestigiar el accionar del gobierno estatal e incluso dañar al turismo de la entidad.
O al menos es lo que explicó el gobernador del estado, Miguel Ángel Navarro Quintero, en su último encuentro con medios de comunicación, en el cual la frase guerra sucia se convirtió en el centro de los discursos.
Desde hace semanas, los dardos de algunos espacios de la opinión pública nacional pusieron en el centro del tablero al gobernador nayarita y su equipo inmediato. Con una estrategia agresiva en redes sociales, se filtraron supuestas conversaciones privadas, que se difundieron con alcance pagado y dirigido a un público específico.
Al cuestionar a uno de los agraviados sobre quien estaría detrás de los ataques, se limitó a comentar que se trata de empresarios del centro del país que vieron sus intereses lastimados por algunas acciones gubernamentales.
A los días se abrió un nuevo frente, esta vez al parecer con origen en el vecino estado de Jalisco, en uno de los destinos turísticos favoritos del país, Puerto Vallarta, cuya clase empresarial al parecer ha encontrado una némesis en el ambicioso plan navarrista de diferenciar los destinos nayaritas de esta zona de playa.
Esta ofensiva no es algo nuevo. Podría decirse incluso que es algo común en el juego de la comunicación política, al que la iniciativa privada se une sin ningún problema.
Lo interesante, en apariencia, podría ser la respuesta a esta contaminada cascada. En la propia conferencia, el gobernador de Nayarit dejó en claro que no tiene interés en sumarse al juego que se cocina al centro del país, por lo que descartó responder en medios nacionales a los múltiples ataques ejercidos contra su gobierno.
Por el contrario, su respuesta será reforzar la difusión de la información a nivel local, para que los nayaritas gocen de datos de primera mano sobre los avances de los proyectos y las acciones que su gobierno realiza, los cuales afirma buscan enfilar a la entidad al sueño de transformación que vive el país.
Una cascada a la inversa, es como podría definirse a este plan. En el que se busca que sean los medios locales y la ciudadanía, especialista en la información de boca a boca, quienes puedan generar una opinión realista de su gobierno que contraste a la contaminada agua que cae de una cascada influenciada por élites afectadas, y que su vez logre colarse en ese océano que desde el centro del país informa a cada rincón de la nación.
Una estrategia que, si me lo preguntan, es valiente, inteligente, pero sobre todo urgente ante la necesidad de que sea la administración estatal quien controle la narrativa de su gobierno y de la sociedad.
EN DEFINITIVO… El plan del gobernador requiere de un esfuerzo y colaboración institucional enorme. Tal y como sucedió con la nueva estrategia de promoción turística e identidad que encontró aliados en el gobierno federal para difundirse a nivel nacional. La buena relación de Miguel Ángel Navarro con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, será la pieza clave para el éxito de este plan. ¿Qué mejor que tener de aliado al hombre que a diario define la agenda de la política nacional?