Por Gibran Ramos
Desde chico, me llamó la atención la fotografía. Me encantaba jugar con una Kodak Instamatic 608 que tenían mis papás en casa. En aquel momento, las cámaras eran análogas y utilizaban rollos de 35 mm con sólo unos cuantos disparos, así que todas las fotografías debían tomarse en momentos especiales. Era una verdadera emoción llevar los rollos a los laboratorios de revelado y esperar a ver cómo saldrían nuestras fotografías. Recuerdo que cuando llegó la era digital, fue un cambio importante, pues ahora todo era más fácil. Podías tomar una mayor cantidad de fotografías y no había necesidad de esperar para poder verlas al momento.
Conforme crecí, mi necesidad de mostrarle al mundo lo que veían mis ojos creció también. Aquello que es invisible a los ojos, algo que podría ser muy común, pero estamos tan ocupados que no prestamos atención para darnos cuenta de que siempre estuvo ahí, ver lo que los demás no ven.
Como muchos de mis colegas, empecé a fotografiar eventos sociales por allá de 2014. En ese momento, grandes amigos y amigas me acompañaron. Debo reconocer que cometí muchos errores, pero mis errores más grandes fueron no haberme acercado a alguien con experiencia, no haberme capacitado y haber creído que una cámara me hacía un mejor fotógrafo. Estos errores me llevaron a frustrarme y abandonar mi sueño por un tiempo, pues siempre tuve claro que no quería vivir de fotografiar eventos y sabía que no llegaría lejos.
En 2016, gracias a las redes sociales, conocí a Rafal Makiela, un fotógrafo submarino al que admiraba desde hace varios años atrás. Fue él quien reavivó mi gusto por la fotografía, me enseñó a entrenar mi ojo fotográfico y me demostró que la fotografía, incluso siendo social, puede llevarte a lugares inimaginables.
Han pasado bastantes años, durante los cuales me he especializado en retrato y fotografía conceptual. La vida me ha permitido capacitarme con grandes nombres como José Luis Clairé, Mari Cruz Sainz de Aja, Rebeca Saray y Félix Hernández, entre otros. Me he permitido admirar el trabajo de muchos que quizás estén empezando en este mundo y he sido maestro para aquellos que ya han recorrido un largo camino. He tenido la oportunidad de empezar de nuevo y he recibido la bendición de que mi trabajo sea visto en gran parte de México, Latinoamérica y parte de Europa, todo gracias a las redes sociales. Además, tuve la fortuna de haber sido publicado en las revistas Vogue Italia y Flipboard España. También disfruto midiendo constantemente mi trabajo en concursos reconocidos a nivel mundial, como Haz Clic con México, el FFIEL, One Eyeland, Chromatic Awards, 35 Awards, BIFA, Xposure, entre otros, quedando seleccionado en algunos como preseleccionado y en otros como finalista. Pero lo que más amo de la fotografía es haber logrado cumplir el sueño de mostrarle al mundo lo que ven mis ojos.
La fotografía me ha permitido traspasar fronteras, hacer y conocer cientos de amigos e inspirar a los nuevos y a los viejos, a ser alumno y maestro.

