Por Heriberto Murrieta
Concluyó la Feria de Cali, con la participación de grandes exponentes de la torería mundial. La plaza de Cañaveralejo es un desafío y al mismo tiempo un milagro arquitectónico e ingenieril. Su construcción se asemeja a una copa de martini. No tiene pilares que la sostengan. El coso caleño cumplió 66 años.
Destacó la buena presentación del encierro de la centenaria ganadería de Mondoñedo y la falta de trapío del lote de Vistahermosa.
Alejandro Talavante indultó al magnífico toro “Relicario” de la divisa de Vistahermosa. Fue un ejemplar con codicia, humillación y repetición. Emilio de Justo nos deleitó con su elegancia y buen concepto. Por su parte, el colombiano Luis Miguel Castrillón estructuró una faena muy fina, sin aspavientos, reposada, con un buen toro de Mondoñedo. Pero se espantó ante la percha del sexto, al que no quiso ni ver. Abortó la misión. Tras la estocada pegó una “espantada”, zambulléndose en el callejón.
Durante una de las transmisiones de One Toro TV, el hidrocálido Joselito Adame confirmó su participación en la corrida de la reapertura de la Plaza Mexico, el domingo 28 de enero. Diego Silveti también está confirmado en el cartel. Seguramente se registrará una gran entrada, pero lo importante será mantener el nivel de interés en las jornadas posteriores y captar nuevos aficionados.
Es notable el parecido entre la fiesta taurina de México y la de Colombia. Llamó la atención que en determinados momentos de todos los festejos, el público lanzó gritos a coro en contra del actual presidente colombiano Gustavo Petro. El coso taurino, convertido en foro de manifiestación del sentir popular.
