Por Salvador Cosío Gaona
El aumento de las enfermedades mentales es una consecuencia de la pandemia. La bipolaridad es una de las que creció, y el tema no es menor, pues se estima que en México hay alrededor de tres millones de personas con este trastorno, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal. Sin embargo, un estudio del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, señaló que tras la emergencia sanitaria por el COVID-19, la cifra subió a 14 millones.
El trastorno se caracteriza por alternar los estados de ánimo (de maníacos a depresivos).
Jacobo Brofman, doctor en Ciencias del Comportamiento y académico de la Universidad Panamericana, explicó que estos periodos de cambios emocionales se observan por varios días. Esto puede provocar rasgos similares a la depresión.
“Hay un periodo corto de entre cuatro días a una semana de excesiva actividad. Las personas pueden llegar a perder el razonamiento por la sobreactivación, hay una rapidez mental fuerte. Luego, hay periodos largos de un aplanamiento emocional, una falta de motivación”, explicó el especialista.
El trastorno de la bipolaridad es una enfermedad mental que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo y que se caracteriza por la alternancia de episodios considerados como maníacos (altas emocionales) a depresivos (bajas emocionales).
Eliseo, quien vive este trastorno, contó para El Informador cómo ha sido parte de su vida con el padecimiento y señaló que, si bien ya no presenta los cambios de ánimo extremos respecto a la manía o la depresión, ha tenido al menos dos episodios de alternancia de su estado de ánimo; reconoció que ha sido más constante en sus tratamientos para evitar recaídas.
“Es difícil aun estando medicado, hay cambios de ánimo, no como son los extremos que sería la depresión o la manía, pero no he dejado de tener, por lo menos, dos episodios al año. Me ha ayudado que he sido más disciplinado al tomarme el medicamento, tratar de no perderme y estar constante”, explicó Eliseo.
Lo más complicado para él, relató, es el desgaste mental y un intento por acabar con su vida, pues es uno de los problemas que enfrentan las personas que tienen el trastorno; sin embargo, aseguró que ya cuenta con un pensamiento resiliente para evitar caer en afectaciones a su salud.
“Lo que ya viví yo fue un evento de intento de suicidio y creo que es lo más grave del padecimiento porque una gran mayoría de los que padecemos ese trastorno llegamos a intentos de suicidio o incluso lo logran. Lo he tomado de una manera resiliente, (…) si vuelve a llegar, porque son pensamientos recurrentes, ya tengo como base que no es por ahí, que no se debe y no se puede”, profundizó Eliseo.
De acuerdo con la Secretaría de Salud e investigaciones, el trastorno bipolar puede clasificarse en tres tipos.
Trastorno bipolar tipo 1: Presenta episodios maníacos con una duración de, al menos, siete días, que pueden ser de bastante intensidad; dependiendo del paciente, se puede llegar a requerir hospitalización. También produce episodios depresivos separados, con una duración aproximada a dos semanas y pueden ocurrir episodios de alteraciones con características mixtas simultáneas.
Trastorno bipolar tipo 2: Presenta patrones de episodios depresivos y episodios hipo maníacos, pero no tan extremos como los que se registran en el tipo 1.
Trastorno ciclotímico: Presenta síntomas hipo maníacos y depresivos persistentes que no son tan intensos ni duran lo suficiente por lo que no pueden ser considerados como episodios. En este tipo, los síntomas ocurren al menos dos años en los adultos y un año en niños y en adolescentes. Otro tipo de enfermedades mentales tales como la psicosis (alucinaciones y delirios), trastornos de ansiedad y de déficit de atención con hiperactividad al igual que el uso nocivo de drogas y alcohol y trastornos de la alimentación pueden presentarse en esta variante.
El trastorno de la bipolaridad se puede presentar en las personas con algunos síntomas o signos de distinta intensidad, algunos más claros y evidentes que otros; ambos se dividen por los que corresponden la manía y otros a los síntomas depresivos.
Los principales signos y síntomas de manía y la hipo manía son los siguientes:
Incremento de energía, hiperactividad, inquietud.
Autoestima exaltada o sentimientos de grandiosidad.
Irritabilidad extrema.
Pensamiento en cascada, lenguaje rápido, verborreico, fugas de ideas o experiencias subjetivas de que el pensamiento esta acelerado.
Alta probabilidad de distracción de la persona, no puede concentrarse adecuadamente.
Disminución de la necesidad de dormir.
Juicio pobre.
Creencias no realistas en una habilidad y poder.
Gastos y compras excesivamente innecesarias.
Hiperactividad sexual.
Aumento de la actividad intencionada ya sea en el trabajo, en los estudios o socialmente.
Abuso en el consumo de sustancias psicoactivas, particularmente de alcohol, cocaína y medicamentos para dormir.
Optimismo excesivo.
En el caso de los signos de los síntomas depresivos:
Abatimiento del ánimo.
Humor depresivo.
Sentimientos de desesperanza o pesimismo.
Sentimiento de culpa, de inutilidad o de abandono.
Pérdida de interés en actividades cotidianas.
Disminución en la capacidad de experimentar placer.
Disminución de energía.
Hipo actividad y lentitud psicomotora.
Dificultad para concentrarse, disminución en la memoria y capacidad para tomar decisiones.
Irritabilidad o inquietud.
Insomnio o hipersomnio.
Hipo o hiperexia.
Dolores crónicos o quejas somáticas.
Ideas de muerte o de suicidio.
Expertos en materia de salud mental explican cómo es posible identificar síntomas del trastorno de la bipolaridad en alguna persona.
Jacobo Brofman, doctor en Ciencias del Comportamiento y académico de la Universidad Panamericana, detalló que, de un momento a otro, la persona puede amanecer con sentimientos de euforia, sin que haya explicación o motivación alguna.
“Sin motivo aparente, la persona amanece un día extremadamente eufórico, lo que se le llama episodio maníaco, está activo, duerme poco, trabaja mucho, de repente uno empieza a ver que está trabajando 16 horas sin parar y duerme cuatro, tiene mucho apetito, habla muy rápido, anda siempre emocionado y no se agota”, profundizó Brofman.
“De repente, después de unos días, totalmente lo contrario: ya no tiene motivación, ya no quiere salir, no tiene apetito. Tiene ideas de que ya nada vale, nada tiene sentido”, explicó sobre la contraparte de los síntomas de la bipolaridad.
Por ello, consideró de vital importancia acudir a un psiquiatra, ya que se necesita una base farmacológica para su tratamiento.
Julio Villegas, enlace del Instituto Jalisciense de Salud Mental de la Secretaría de Salud Jalisco, aclaró que la bipolaridad se ha utilizado de forma superficial para hablar de la variación de los sentimientos de las personas, por lo que insistió en las diferencias entre un estado de ánimo cordial y los síntomas de la bipolaridad.
“Se ha generalizado la palabra bipolar y se utiliza de una manera muy superficial porque todos tenemos una variación de nuestros sentimientos, pero no es bipolar el que una persona de estar en un estado de ánimo cordial de repente se muestre triste o con irritabilidad”, explicó Villegas.
“Es importante conocer que los síntomas de un estado maniaco es sentirse muy optimista, con un estado de ánimo de euforia, pero también extremadamente irritable o sensible y actuar, pensar y hablar más rápido de lo acostumbrado”, indicó.
La pandemia dejó daños irreversibles, cientos de miles de muertos en todo el mundo. Como ya se menciona, el incremento en enfermedades mentales son también secuelas de la pandemia, y un tema pendiente al que se les debe dar la mayor atención en tiempo y forma.
@salvadorcosio1