Seis años de llanto; la difícil búsqueda de María

“En estos seis años, me han hablado más de 20 veces de la Fiscalía para reconocer cadáveres encontrados en fosas clandestinas, he visto cientos de fotografías y artículos personales de hombres muertos que han sido exhumados, pero ninguno es mi esposo”, narra entre llanto, esta mujer que charla con Meridiano

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“Vivir sin saber dónde quedaron los restos humanos del ser amado es un tormento, siempre se sufre, muchas veces me he quedado muda cuando mis hijos me preguntan dónde está su padre y no sé qué responder; mi esposo era todo lo que tenía, él era el único sustento de la casa y tengo más de seis años buscándolo sin saber dónde está su cadáver, donde están sus restos”, expresa con mucha tristeza la señora María, una mujer que no pierde la fe de encontrar a su esposo.

María pide que no se revele su identidad, teme a represalias, no dice de quién, sin embargo detalló en charla con Meridiano, que fue hace más de seis años cuando su esposo  fue levantado por unos tipos, una madrugada del mes de junio del año 2016: “Esa noche estaba lloviendo, era  precisamente el mes de junio del año 2016, mi esposo se acababa de acostar a mi lado,  eran alrededor de la una de la mañana con treinta minutos, mis hijos ya estaban dormidos en sus recámaras y a los pocos minutos mi esposo recibió una llamada telefónica a su celular y después de colgar la llamada bajó de nuestra recámara, a los pocos minutos empecé a escuchar gritos, mentadas de madre y luego golpes, enseguida un disparo de arma de fuego, luego otro disparo y luego nada, todo quedó en silencio y a los pocos segundos escuché que arrancaban a toda velocidad dos automóviles grandes, digo que eran grandes porque hicieron mucho ruido al momento de arrancar”.

Continúa con su testimonio la señora María: “La verdad yo estaba asustada y tenía miedo que mis hijos despertaran, fue después de verificar que mis hijos seguían dormidos en sus recámaras cuando poco a poco descendí por la escalera y en el piso de la sala, que está muy cerca de la puerta principal había manchas de sangre y varios artículos tirados, en ese momento sentí que se me venía el mundo encima, pensé lo peor, para ese momento ya eran las dos de la mañana, no me atreví a salir a la calle, sentía miedo, terror, vergüenza y pánico, me hacía miles de preguntas y ninguna tenía respuesta, en ese momento no sabes qué hacer, no sabes qué pensar, no sabes a quién hablarle, en ese momento quedas totalmente bloqueada, confundida, aterrada”. 

La señora María añade: “Antes de subir a la recámara limpié todo, no quería que mis hijos vieran la sangre en el piso, ya no dormí, cuando por fin amaneció, desperté a mi hijos y los llevé a casa de una hermana, después fui a la Fiscalía para interponer mi denuncia, me atendieron, regresé a casa, a las dos horas llegaron unos judiciales que me regañaron porque limpié la sangre y les expliqué que lo hice para que mis dos pequeños hijos no se dieran cuenta de que su papá había sido secuestrado. Eso les molestó a los policías y luego me interrogaron y me dijeron que tal vez yo había pagado para que levantaran a mi esposo; me intimidaron y me hicieron creer que yo era la responsable de la desgracia que estaba viviendo en ese momento, fue cuando exploté y les grité de todo a los policías porque seguía sintiendo mucho miedo, tristeza y coraje al mismo tiempo, los corrí de mi casa  pero no se fueron, continuaron con las investigaciones según ellos, pero no resolvieron nada, en este mes de junio se cumplen seis años que no sé nada de mi esposo y nadie me dice nada”.

Finalmente, la señora María dijo: “en estos seis años de búsqueda y peregrinar me han mandado hablar más de 20 veces de la Fiscalía para reconocer los cadáveres que han encontrado en las fosas clandestinas, he visto cientos de fotografías de hombres muertos, he visto miles de artículos personales de los cadáveres que han sido exhumados, pero ninguno es mi esposo, (llora la entrevistada) ya estoy cansada de tanto buscar, muchas veces me he rendido, pero después saco fuerzas no sé de donde y vuelvo a pactar con el recuerdo de mi marido y le digo: amor, no descansaré hasta encontrarte y darte cristiana sepultura, tus hijos y yo queremos que descanses en  la eternidad y con la ayuda de Dios lo vamos a lograr”, concluye la señora María.

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