Hoy hace 3 años murió Carlos Girón, el hombre que supo vivir sin amargura a pesar de haber sido víctima de uno de los grandes atracos en la historia del deporte. Sucedió en la prueba de trampolín de tres metros de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980. Aliado de la gravedad, entraba al agua como aguja, sin salpicaduras. La fosa succionaba aquella fornida figura. Se secaba y volvía a precipitarse, dibujando espirales en el aire.
Todo iba viento en popa. Tenía en la bolsa la medalla de oro pero los localistas jueces autorizaron que el ruso Alexander Portnov repitiera su último clavado porque aparentemente lo había desconcentrado el grito de un espectador. El nuevo salto de Portnov fue perfecto y el clavadista cachanilla se quedó con un palmo de narices. Carlos no hizo gestos. Fue la serena aceptación, la mirada puesta en el futuro, despreciadora del resentimiento.
Milagro arquitectónico
Esta tarde se anunciarán los carteles de la plaza de La Petatera, en Villa de Álvarez, Colima.
Hace 10 años fue declarada patrimonio cultural inmaterial del estado de Colima. La bella plaza también es considerada monumento artístico de la nación por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Como cada mes de febrero desde hace muchísimos años, se realizan ahí las fiestas religiosas y taurinas. El coso villalvarense, vigilado por el imponente Volcán de Colima, tiene más de 160 años de tradición. Se edifica y se desmantela cada año. Temporalidad combinada con la eternidad del instante taurino.
Durante aproximadamente un mes y medio se construye con fibrosos petates, maderos y sogas. Mecates que amarran y aprietan y brindan solidez al insólito armazón. Tiene cupo para más de 5 mil espectadores. Contra lo que algunos pudieran suponer, su estructura tiene una excelente estabilidad y firmeza; milagroso montaje sin herramientas que asombra a propios y extraños. Arquitectura mexicanísima con un enorme ruedo de más de 60 metros de diámetro. Las graderías están divididas en 70 secciones que pertenecen a los concesionarios encargados del almacenamiento de los materiales para volverla a construir cada año. Pedro Infante cantó en ella en 1952.
La Petatera es la obra artesanal más grande del mundo. Se presentarán dos corridas charro taurinas con cuatro toreros mexicanos y dos extranjeros para el próximo mes de febrero. La combinación de lo arquitectónico, lo charro y lo taurino es una muestra formidable de sincretismo y mestizaje.
