Qué importaba si la noche anterior hubo fiesta y el papá andaba crudo: era domingo en la mañana y Chabelo aparecería en el Canal 2. Momento de brincotear sobre la cama de los padres para ver la legendaria emisión infantil. En Familia es quizá el programa más longevo en la historia de la televisión mundial.
Con eterna cara de niño y voz de imberbe talentosamente fingida, Xavier López Rodríguez vio pasar los años sin perder su imagen de chavo grandote con pantaloncillos cortos que coordinaba concursos y cantaba a sus cuates canciones de fácil memorización.
Inventó la palabra catafixia e hizo famosa la moderna versión del antiquísimo trueque, consistente en arriesgar un premio ya ganado por otro mejor o más caro. Desde la licuadora hasta el sofá cama, la excitación del juego y la confianza depositada -muy a la mexicana- en la suerte. ¡Cuántas mañanas felices frente al televisor!
También en numerosas películas y programas como La Carabina de Ambrosio, Chabelo mostró sus excelentes cualidades histriónicas a través de la guasa o el llanto desesperado. Detrás del niño del casquete corto había un hombre polifacético que fue sembrador de papas en Guanajuato, jugador de futbol americano, estudiante de medicina, vendedor de cigarros en el Hipódromo de las Américas, campeón nacional de lucha grecorromana y repartidor de detergentes. Fue Xavier un hombre entrañable, sencillo y serio.
Le fascinaba el futbol. Era americanista acérrimo y le gustaba vestir camisolas holgadas de los equipos de las Grandes Ligas del beisbol de Estados Unidos. En más de una ocasión, lo saludé como aficionado a los toros en las barreras de sombra de la Monumental Plaza México, en compañía de Alberto Rojas “El Caballo”.
Con su partida, se cierra un capítulo extraordinario en la historia de la cultura popular mexicana.
Dudas
Apuradamente, y bajo una tormenta eléctrica y de abucheos, la Selección Mexicana empató con su similar de Jamaica y aseguró su pase a la ronda de semifinales de la Liga de Naciones de Concacaf.
No se advierte una campaña mediática como tal para vituperar a jugadores como Guillermo Ochoa, Raúl Jiménez y Diego Lainez, pero es posible que en el origen de las protestas algo tenga que ver el estrepitoso fracaso en el Mundial y la opinión de comunicadores deportivos influyentes sobre determinados jugadores de este conjunto de futuro incierto, que sigue muy lejos de la excelencia.
