Desaparecer 48 horas sin dejar rastro y competir por el mayor número de publicaciones de amigos y familiares alarmados es el reto que se viraliza en una red social. Es un juego de niños, adolescentes y jóvenes que alarma a autoridades y familias enteras. Estos comportamientos extremos han existido siempre, algunos aún más peligrosos. Sólo que ahora el componente de la aprobación social en el entorno digital es masivo e inmediato y por tanto estimulante. El riesgo es alto por las consecuencias que podría desencadenar. Sólo quien sufre la experiencia de no localizar a un ser querido conoce las profundas cicatrices que deja de por vida, así lo encuentre unas horas después (o nunca). Hay juegos que trituran a los que nos aman, los destazan. Surge la pregunta: ¿Redes sociales a cualquier edad?