Peloteo | Sigue viva

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Por Heriberto Murrieta

Quinientos mil espectadores asistieron a la recién finalizada Feria de San Isidro en la plaza de Las Ventas de Madrid. Entradones tumultuosos en cada tarde para presenciar el Mundial del Toreo.

Un promedio de 21,529 aficionados por corrida. El coso registró un 93% de ocupación. Esto quiere decir que la tauromaquia sigue en el ánimo de los espectadores españoles. Si bien es cierto que en la Península también ha decrecido el gusto por las corridas, persisten los blindajes, el ambiente propicio y los apoyos autonómicos que le dan una mayor solidez, en comparación con nuestro país.

Se presenta un nuevo fenómeno: una gran cantidad de jóvenes están llegando a los tendidos venteños. Es una buena noticia, con sus asegunes. Paco Aguado de la agencia EFE anota:

“Una de las lecturas inquietantes de la feria, y ésta de carácter casi sociológico, fue la actitud general de un público entre el que fueron mayoría los jóvenes que pueden asegurar el futuro del espectáculo, pero que asistió con una amenazante falta de criterio, tanto en los tendidos más festivos como en los más rigurosos, sin que las arbitrarias presidencias tampoco contribuyeran a poner sensatez.

Tomadas así por buena parte de los asistentes, como un bullanguero evento de reivindicación patriótica, en las que las barras de los bares -otros de los grandes beneficiarios de la feria- han hecho su agosto en mayo, las corridas de San Isidro, por historia el ciclo más decisivo de la temporada taurina, corren el riesgo de caer en una eufórica y muy rentable, pero intrascendente, dinámica”.

Esto me hace pensar que la nueva afición es muy bienvenida pero requiere de orientación para contar con las mínimas nociones de lo que es el toreo. Es aquí donde la función didáctica juega un papel importante.

Por lo que toca a los mexicanos, Leo Valadez estuvo cerca de cortar una segunda oreja que le hubiera permitido abrir la Puerta Grande. El hidrocálido se quedó en la orilla.

Desespera que ningún coletudo compatriota haya logrado abrir ese portón en 51 años. Eloy Cavazos, que fue el último en conseguirlo en 1972, y los diestros actuales, coinciden en que las circunstancias que rodean sus actuaciones en el coso titular del mundo por lo general son adversas.

Sin embargo, los mexicanos contemporáneos se formaron en España y conocen el volumen y el tipo de embestida del toro de allá. De tal manera que el astado no es tanto un pretexto para justificar la prolongada sequía de triunfos mexicanos en el coso de la calle de Alcalá.

Ernesto Javier “Calita” confirmará su alternativa el 9 de julio; Leo Valadez tiene la promesa de actuar en la Feria de Otoño e Isaac Fonseca hará el paseíllo el 12 de octubre. ¿Se romperá al fin la racha negativa? 

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