Vienen a mi memoria el sinfín de “destapes”, que han ocurrido en los años recientes, todos con funestos resultados, nada agradables. LA JUGADA La jugada que hizo el profe Luis Alberto Michel Rodríguez, fue maestra –por decir lo menos–. Meter a su hija Flor Michel López es una jugada de todo encomió.
PRIMER MOVIMIENTO
En primer lugar inscribir a su hija Flor Michel, para la gubernatura, eso no se le hubiera ocurrido ni al mismo Gustavo González Villaseñor. Recordemos que antes se actuaba con sigilo y buscando que alguien lo fuera a perdonar.
A LA ANTIGÜITA
Pero esos eran los años que gobernaba el poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI), hoy con MORENA parece que es distinta la cosa.
Y déjenme explicarme de esta manera: además de la cautela con la que se manejaba, hoy la antigua máxima de “el que se mueve no sale en la foto”, dictada por don Fidel Velásquez Sánchez, dirigente de la CTM, ya parece que no funciona así: más bien hay que moverse si no, no sale en la foto. Otros son los tiempos.
BUEN INTENTO
El panista Fernando González Corona se quedó con las “ganitas” de ser gobernador, pero antes de su trienio también hizo la propio Rodolfo González Macías, pero rápido lo convencieron que era una locura, porque era un suicido político.
La verdad, imperó más la terquedad de Gustavo González Villaseñor. Bueno, fue tal su insistencia que parecía no haber fuerza humana que le hiciera meter reversa a su sueño de gobernar el estado de Jalisco.
JAQUE MATE
Hay que poner que fue algo histórico lo logrado por El Profe Michel, al poner por primera ves en la ante sala de la gobernatura a una vallartense cuando uno o dos políticos se quedaron en el intento como González Corona cuando compitió contra Ramírez Acuña, y Gustavo González hizo el intento pero ni siquiera figuró etc., etc. Entonces hay decir que el Grupo Vallarta de Morena está en las grandes ligas y con grandes alcances. Entonces no se puede puede despreciar a un grupo como el de Puerto Vallarta, ya que caeríamos en el conformismo y ahora si nos quedamos como el periodismo que no tiene altura de miras.