Anfernee Figueroa Cueto nació el 23 de febrero de 1997, en Las Varas, municipio de Compostela.
Cursó su educación preescolar, primaria y secundaria en Altavista, del mismo municipio, donde destacó por su inteligencia y por ocupar siempre los primeros lugares de aprovechamiento escolar. A la par de sus estudios de educación básica, Anfernee colaboraba en las labores del campo, junto con su hermano y su papá.
A los 15 años de edad, ingresó a estudiar el bachillerato en el Sistema COBAEN, plantel Las Varas, donde de nuevo su inteligencia, disciplina y tenacidad le merecieron egresar con mención honorífica y que su generación llevara su nombre. En ese periodo, asistió a dos competencias de conocimientos en la rama de química, en las que obtuvo el primer lugar, por arriba de otras 30 escuelas de la región.
Aunque era originario de una pequeña y marginada población rural, Anfernee nunca se achicó y mucho menos dudó de su preparación, cosa que le dio un plus a sus triunfos.
A los 18 años ingresó al Instituto Tecnológico de Tepic a cursar la carrera de Ingeniería Química, la cual terminó con el mejor promedio de aprovechamiento de su generación, lo que le valió un reconocimiento por parte de esa institución de educación superior y exentar el examen para su titulación. Asimismo, durante los cinco años de su carrera, le fue condonada media colegiatura en varios semestres, además de quedar exento en algunas materias.
Doble o triple valor tienen esos logros alcanzados por Anfernee, ya que dos años antes de terminar su carrera se empleó de manera formal y, al mismo tiempo que durante el día estudiaba, por las noches trabajaba. Aunque desde muy pequeño realizó con ahínco las duras tareas del campo, inició su vida laboral de manera remunerada a los 17 años, misma que no abandonaría hasta el aciago día de su deceso.
Ocupó un humilde puesto (por las noches) en una tortillería y, después, se empleó como cajero los fines de semana en un centro comercial, para luego desempeñarse como ingeniero químico en el ingenio azucarero El Molino, en Tepic, donde obtuvo la jefatura de la línea de envase. Al ser muy joven y tener bajo su mando a hombres rudos y mucho mayores que él, Anfernee tuvo que enfrentar algunas dificultades para llevar a cabo su trabajo, pero haciendo uso de su formación en el campo y con los consejos de su papá, logró salir adelante y destacar en su área.
Luego, se fue a Guadalajara, donde trabajó para la empresa farmacéutica Collins, con muy buenos resultados, mismos que le valieron para que la empresa japonesa ZOLTEK, dedicada a la fabricación de fibra de carbono, lo contratara como ingeniero de procesos.
En nueve meses de trabajo en esta última empresa, Anfernee logró desarrollar nueva tecnología para la fabricación de la fibra de carbono, pero no alcanzó a ver el funcionamiento y el éxito de ‘su máquina’, ya que el 16 de octubre de 2022 se fue de este mundo.
En sus escasos 25 años de existencia, Anfernee dejó un gran ejemplo de valentía, disciplina, entrega y, sobre todo, de tenacidad, ya que siempre tuvo como meta superarse a sí mismo cada día, con la firme convicción de que eso lo llevaría hasta donde se lo propusiera.
“El mundo es tuyo, hijo”, siempre le decía su padre.
Hoy transcribo con mucha tristeza estas líneas que resumen de manera muy apretada la vida de mi sobrino, pero también con la firme convicción de que donde quiera que se encuentre está en paz, pues hizo TODO lo que un ser humano puede hacer para alcanzar sus éxitos.
Desde sus primeros años, fui testigo de su hambre de conocimiento y de sus ganas de labrarse un futuro mejor, a pesar de las dificultades que implica el haber nacido en el medio rural y en el seno de una familia humilde.
Querido Anfernee, continúas vivo en nuestros corazones y eres nuestra inspiración.
Te amamos
Publicado originalmente por Esperanza Figueroa Salazar en redes sociales
