En memoria de Mario Ávila Bañuelos (Mario Coz) (1954-2017)

Con motivo del homenaje celebrado en su honor por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit en el Museo Amado Nervo de Tepic, el pasado lunes 20 de noviembre de 2023

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Por Juan José Mendoza Alvarado*

Conocí a Mario Coz a mediados del año de 1981. Fue a través de la lectura de sus escritos, particularmente del suplemento cultural titulado “El Unicornio” publicados en el periódico “Siglo XXI” de Francisco Cruz Angulo que hice acuse de recibo del pensamiento mordaz y el sarcasmo crítico con que Mario Coz aderezaba sus columnas y reportajes periodísticos; también hice acuse de recibo de su sensibilidad literaria expresada en narraciones cortas, cuentos, poesía, teatro y de sus lecturas.

Mario Coz fue el director fundador de “El Unicornio” el suplemento cultural del diario “Siglo XXI”, espacio donde participaban Bernardo Macias Mora, Juan Lamas, José Luis Rochín, Alberto Leal y Gilberto Cervantes Rivera entre varios otros. Mis amigos todos ellos.

De Mario Coz se puede decir que su trabajo fue mordaz, sarcástico, burlesco: iconoclasta, hereje, antisistema; pacifista, humanista, poético; crítico, disruptivo, revolucionario.

MARIO COZ, PERIODISTA CRÍTICO, CRONISTA LITERARIO: DISRUPTIVO

La presencia de Mario Coz y su percepción de la realidad nayarita constituyó, en el contexto del Nayarit de inicios de la década de los ochenta, un evento disruptivo en el quehacer periodístico y cultural de nuestro estado. Así lo documentan las páginas de “El Unicornio”, el suplemento cultural del diario Siglo XXI.

Un botón de muestra nos permite ilustrar dicho impacto y dilucidar un poco en torno a las motivaciones e impulsos que movían el quehacer de nuestro homenajeado.

Con motivo del proceso electoral celebrado en 1981, Mario Coz publicó una serie de escritos que ilustran muy bien la reacción que provocaban él y el grupo nucleado en torno al Unicornio entre importantes segmentos de la clase política y de la sociedad. Para ejemplo cito algunos fragmentos de la carta que Salvador López González dirigió el 19 de julio de 1981 al diario Siglo XXI y que fuese publicada en las páginas de “El Unicornio”:

“Quiero hacer pública mi inconformidad con respecto al tratamiento tan denigrante que se ha dado en su página cultural (?) al trabajo desempeñado por nuestro partido el PRI en la campaña electoral, mediante artículos como “La demencia cotidiana”, “Uno por mulo” y hoy ese seudo-poema intitulado “En Pus”, que son un soberano choteo a tan digna campaña como lo fue la de Don Emilio M. González.”

(…). Continúa Salvador López González:

“Se ha hecho una caricatura del entusiasmo natural que pusieron en esta campaña todos los sectores de nuestra sociedad. Si los colaboradores de SIGLO VEINTIUNO como los de DIARIO DEL PACÍFICO (rabiosos criticones del sistema social revolucionario) son incapaces de reconocer nuestro poder político y económico, es porque carecen de la madurez política que presumen y no tienen valor civil para defender ninguna bandera partidista, ni la de su propia anarquía”.

Y remataba Salvador López González:

“Son una redada de ociosos que sin definir una militancia de partido utilizan un medio de difusión respetable como el periodismo para engatusar a sus lectores minoritarios y para enlodar la opinión pública con sus desplantes de mesías frustrados y de mártires delirantes del sistema electoral y de la democracia.”

La respuesta de Mario Coz nos da muchas luces acerca de su pensamiento crítico:

Sr. González:

“Justificamos su fervor puesto en la defensa de lo que usted considera lo más justo; y, precisamente vamos a apelar a ese sentido de justicia para hacerle entender que: si la revolución institucionalizada en la que tan entusiastamente milita, utiliza todos los medios a su disposición para engatusar a la población, correligionaria a fuerzas, porque le son impuestas la promesa, el chantaje, el atole con el dedo, el pan y circo y la publicidad atosigante; ¿porqué se nos quiere privar de un medio tan legítimo como SIGLO VEINTIUNO y se pretende dejarnos al margen de la legalidad?

(…) Continúa Mario Coz:

¿Por qué no admitir con igual honestidad, nuestro derecho a disponer de un mínimo conducto para expresarnos que, considerando la influencia de su partido, tan determinante es en las decisiones populares? ¿A qué temer nuestra voz, que es un susurro en medio del vocerío de los altoparlantes, un zumbido acallado por las ondas radiofónicas y un insignificante volantillo aplastado por toneladas de papel periódico y pancartas fervorosas? Aún, para ser más exactos UNICORNIO es un trozo de papel higiénico para limpiar las redondeces de esa gran señora que se llama democracia.

Remataba también Mario Coz:

“…reconocemos nuestra (tan cacareada) minoría con respecto al aparatoso monopolio de los medios de difusión de la clase gobernante; en cambio contamos (también nosotros) con el apoyo de la Historia cuya lógica determina que el gigantismo económico no equivale a grandeza de valores ni manifiesta fidelidad a la Revolución cuyos principios no van con esa incurable obsesión de grandeza que quieren demostrar a toda costa, incluso hasta de caricaturizarse (hay que ver esa pléyade de políticos ventrudos, pistoleros, broncos, acordinados, dicharacheros, discursivos, solemnes, exhibicionistas (de soberbia u honestidad) y desvergonzados; nosotros cuando mucho señalamos su condición de personajazos folclóricos, cuya imagen, repito, no hemos inventado”.

Era el inicio de los años ochenta en México. Del partido único. De una sociedad cuasi-cerrada que, en el campo de lo político y cultural no dejaba mucho espacio para la manifestación de otras expresiones que no fuesen las oficiales. Los infrarrealistas (el grupo de artistas que frecuentaba Mario Coz) entre muchos otros, demandaban espacios para la manifestación de sus ideas y de su sensibilidad en México y en Nayarit.

Con toda seguridad, muchas fueron las influencias políticas, poéticas, literarias y culturales que Mario Coz recibió a lo largo de su formación como escritor (los libros se apilaban en la casa de los papás de Mario Coz del piso al techo encimados en forma desordenada, unos sobre otros, nos ha platicado Salvador Mancillas, el profesor universitario). Unicornio dio cuenta de algunas de sus lecturas: Antonin Artaud, Paul Verlaine, Francisco Quevedo, Carl Sandburg, Henry Miller, Pablo Neruda, Arthur Rimbaud, entre muchos, muchos otros.

Una que, quiero resaltar y que con toda seguridad lo marcó, fue su amistad con José Alfredo Zendejas Pineda. Según la Revista electrónica Divergente “José Alfredo Zendejas Pineda, optó por llamarse Mario Santiago Papasquiaro, pues ya había un José Alfredo famoso (el compositor de canciones rancheras) y porque en Santiago Papasquiaro, municipio de Durango, nació José Revueltas” intelectual que Mario Santiago admiraba. José Revueltas es el autor de las novelas “Los muros de agua” y de “El Apando” mismas que escribiera luego de purgar prisión por sus ideas en las Islas Marías y el Palacio de Lecumberri respectivamente. También, a José Revueltas se le considera uno de los intelectuales más importantes e influyentes del movimiento político estudiantil de 1968 en México. Con José Revueltas, Mario Santiago compartió su compromiso político, su amor por la literatura y las artes en general, su humanismo, sentido de libertad y carácter rebelde.

Esa rebeldía, según lo contó Héctor Zendejas hermano de Mario Santiago a la revista “Perfil” lo llevó a soltar amarras en 1976 rumbo a Europa donde “Fue trabajador comunitario en un kibutz, sin hogar y ladrón en París, preso político en Viena, pescador en Francia, jornalero agrícola en España, y poeta, siempre poeta. Rastros de esos viajes pueden leerse en poemas como Arte poética X, Esta es París la reina del mundo o Visión en el Sinaí, y conforman el registro ácido de un poeta lumpen latinoamericano perdido en el mundo.”

Juan Villoro escribió de su relación con Mario Santiago:

“Recuerdo haber estado discutiendo sus textos en una taquería. Una situación incómoda porque es difícil juzgar un poema mientras los demás hacen bromas y piden cervezas. Mario siempre estaba cargado de papeles. Los llevaba en una mochila inmensa. En ocasiones era muy generoso, te los dejaba y los olvidaba, pero en otras ocasiones quería que los leyeras delante de él y le dieras su opinión, como pasó en aquella taquería. Si lo elogiabas de manera simplona, se enojaba muchísimo y te empezaba a insultar. Si te ponías fácilmente de su parte, le parecías un tipo blandengue, alguien sin sentido crítico, que no sabe que la poesía es combate, lucha, polémica, intensidad, algo convulso. Entonces te insultaba por elogiar sus poemas. Pero si te distanciabas del texto y no le prestabas atención, también arremetía contra ti. Mario Santiago era un iluminado, y como tantos iluminados ardió en su propia luz”.

Mario Santiago junto con Roberto Bolaño (el autor de la popular novela titulada Detectives Salvajes en la cual inmortalizó a Mario Santiago en el personaje de Ulises Lima) fueron los creadores del movimiento infrarrealista en México a mediados de la década de los setenta. Dicho movimiento según Vázquez (2014):

“…tiene como incitación básica que los poetas salgan a la calle a buscar una nueva sensibilidad, que buceen en la conciencia del hombre para conmover a partir de ahí su cotidianeidad. La realidad está debajo de lo que podemos aprehender a simple vista, como deja ver la metáfora del nombre “Infrarrealista”: los poetas infra son como los infra del espacio, cuerpos sin luz que existen, pero no se vislumbran “planetas oscuros calentados desde adentro y en cuyo interior generan su vida propia independientemente de un exterior que no puede verlos” (Cobas, 20).”

Al alimón de Papasquiaro con Revueltas, Mario Coz compartió con Mario Santiago su compromiso político, su amor por la literatura y las artes en general, su humanismo, su sentido de libertad y su carácter rebelde además de penurias económicas y algunas botellas de vino.

MARIO COZ: HUMANISTA Y UNIVERSAL

“Cuentos Jalados” el texto publicado por la Universidad Autónoma de Nayarit en el año 2004 bajo la rectoría de Francisco Javier Castellón Fonseca, da cuenta del espíritu civilizatorio característico de casi todas las personas que gustan de la lectura y de la poesía; también da cuenta de la actualidad del pensamiento de Mario Coz. Allí escribió en el prólogo, casi de manera profética, como que si se estuviera refiriendo a nuestros días:

“Es indudable que vivimos en pleno salvajismo. No hay más que asomarse a las noticias de la televisión, día con día. Hemos llegado hasta a presenciar lo cruento de las guerras, como si viéramos un programa más del absurdo menú cotidiano.

Por eso, anticipado esto, ya no resultan tan “jalados” estos cuentos, sino acomedida crónica de nuestra realidad. Y es que la imaginación se queda humilde y corta ante lo desbordado de esta realidad que vivimos. De este modo, el relato de un general que se casa con su metralleta o que tiene que parir misiles, no es sino la descripción detallada de lo que está sucediendo a cada instante, por más “jalado” que parezca.

Es incuestionable que tenemos que recurrir a una literatura ni más ni menos que “jalada” para estar a la altura de la enloquecedora actividad de nuestras cumbres humanas.”

De igual manera, con motivo de la crónica de los primeros dos años de la feria de la mexicanidad que coordinara Remigio Rosales Vega y que Mario Coz recogió en el libro titulado “Los días que nos fue como en feria” publicado en noviembre de 1991, en la crónica denominada “Aztecas en mallas buscando la mítica Tenochtitlán”, Coz escribió:

“El stand del D. F. tenía unos platos con la inscripción de un fragmento de los versos de Netzahualcoyotl: “Amo el canto del zenzontle, amo el color del jade y el perfume de las flores, pero amo más a mi hermano el hombre”. -Verdad, joven, ¿que es hermoso lo nuestro? -dijo el hombre del puesto. – ¿Lo nuestro? -cavilé-, ¿qué es lo nuestro? Lo griego también nos pertenece, lo egipcio, lo sumerio, lo africano, lo francés, lo gringo incluso. El hombre no es etnia, es uno solo en este globo terráqueo. Que ni los mares ni las fronteras ni las lenguas ni las costumbres ni mucho menos la cultura nos dividan. Aunque fuéramos indígenas por completo no por eso dejaríamos de ser universales, uno solo con el hombre y su aventura existencial.”

Como suele ocurrir frecuentemente con los hombres de letras, Mario Coz había hecho propios los mejores valores creados por la civilización en su devenir histórico y demandaba de nuestros gobernantes, de sus instituciones, de las organizaciones, de las personas todas un proceder humanista, universal, civilizatorio.

*El autor agradece el apoyo prestado por los trabajadores de la Hemeroteca Universitaria y particularmente de Mario Jáuregui, director de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Nayarit.

Bibliografía

Coz, Mario (2004). Cuentos Jalados. Editorial Universidad Autónoma de Nayarit, México.

Divergente: Arte, cultura & vida cotidiana.

https:://divergente.info/2018/12/11/manuscrito-es-lo-de-menos-mario-santiago-papasquiaro/

El Ortiba, Colectivo de Cultura Popular. Mario Santiago Papasquiaro.

https://www.elortiba.org/old/ms.html

El Unicornio, suplemento cultural del periódico “Siglo Veintiuno”, 19 de julio de 1981. Tepic, Nayarit.

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