Durante el año que está por concluir, las calles de Tepic se vieron atestadas de hombres y mujeres que padecen de sus facultades mentales y que deambulan sin rumbo fijo.
Las causas de su enfermedad mental las desconocemos, los factores son varios, pero el principal es el consumo de sustancias prohibidas, de drogas.
Varios de estos desventurados seres humanos duermen en las calles a la intemperie, en ocasiones se les aprecia envueltos en cobijas afuera de las tiendas de conveniencia, que se localizan en diferentes puntos de la ciudad.
A pesar de que la mayoría de estos seres humanos desconocen el valor del dinero, piden la moneda, pero algunos ciudadanos optan por regalar una bebida refrescante acompañada de un pedazo de pan.
También somos testigos de cómo algunas personas que viven en situación de calle, son agresivos con los ciudadanos que se encuentran a su paso.
En contraste, hay indigentes que al pasar junto a las mujeres que caminan solas por la vía pública las piropean, las palabras que salen no son claras pero incomodan y ofenden a las féminas.
En diversas ocasiones, las mujeres cortejadas han denunciado ante los agentes de la policía municipal de Tepic la falta de respeto, pero la autoridad responde que no pueden hacer nada para arrestarlos porque padecen de sus facultades mentales, y sí lo hacen estarían violentado sus derechos humanos.
Lamentablemente el destino final de estos hombres y mujeres es trágico, varios de ellos han perdido la vida después de ser atropellados por las calles de la ciudad, del periférico y en los tramos carreteros que colindan con la capital del estado.
El último caso se registró la mañana de hoy lunes 18 de diciembre por la avenida Rey Nayar e Insurgentes, cuando un camión del servicio urbano atropelló a un joven indigente que en estos momentos se debate entre la vida y la muerte, después de que la pesada unidad pasará sobre su frágil humanidad y le provocará el desprendimiento casi total de su pierna derecha.
La identidad del joven atropellado se desconoce, pues son seres humanos solitarios, no dialogan con nadie, no tienen la capacidad de entablar una charla con quienes les rodean, para ellos y ellas la Navidad no existe, no hay posadas: la ciudad de Tepic no les sonríe.
