Por Salvador Cosío Gaona
De acuerdo a lo establecido en la primera entrega de este serial, tras 5 años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, México se aleja de cumplir con sus compromisos internacionales en materia de medio ambiente y cambio climático, conforme nos enfrentamos a un mundo más caliente y a un sistema eléctrico saturado, sin suficientes líneas de transmisión y probablemente sin capacidad de proveer la energía limpia necesaria para las empresas que llegan, producto del nearshoring.
Lo anterior es referido en el reporte de ¿México Cómo Vamos? (MCV).
Ahora bien, esto es lo que menciona en otros tópicos de su investigación:
“En cuanto a la inversión del exterior llega para la relocalización de cadenas de suministro… ¿verdad?
Sí, llega en cantidades que sugieren que habrá un desarrollo no sólo de las manufacturas sino de los servicios financieros asociados, y posteriormente también en la logística, el transporte y almacenamiento. En el primer trimestre de 2023, se registró un saldo neto de inversión extranjera directa (IED) casi 50% más grande que en el primer trimestre del año previo. El argumento de que no es inversión nueva, sino “sólo” reinversión de utilidades ignora que esas utilidades pudieron irse al exterior, pero optaron por reinvertirlas en México. Sin embargo, Gabriela Siller, Directora de Análisis Económico de Banco Base, identifica que de no haber salido tantos dólares en desinversiones, en 2022 hubiéramos tenido hasta 55 mil mdd en inversión extranjera directa en 2022, 57% más que la registrada. Hacer más para que llegue y se queden más dólares de IED es un tema de confianza, y esta administración podría estar haciéndolo mejor.
¿Cómo qué se podría hacer mejor?
El 1 de julio de 2020, entró en vigor el Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en sustitución del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado y negociado tres décadas antes. El T-MEC, sin embargo, no es atribuible únicamente a esta administración, pues el grueso de su negociación y diseño fue realizado por los equipos de la administración Peña Nieto y Trump.
El T-MEC es un instrumento comercial moderno, que prevé mecanismos de resolución de controversias y periodos de revisión calendarizados desde el inicio. Sin embargo, algunas controversias que han ido encontrando su cauce en los términos del T-MEC, han tensado la relación al grado de que se ha ido poniendo a prueba la solidez misma del tratado.
En temas de reglas de origen en la industria automotriz, un panel lo ganaron México y Canadá frente a la interpretación de los términos del tratado que hacía EUA. Pero en materia energética, Estados Unidos y Canadá han demandado a México que no haya trato discriminatorio hacia empresas privadas frente a las empresas productivas del Estado en México.
En términos de la prohibición de la importación de maíz transgénico para consumo humano, México ha fallado en presentar estudios científicos que respalden la prohibición con base en datos y ciencia.
Y es que el T-MEC ha probado ser un instrumento para la integración comercial para América del Norte, lo que ha llevado a México a ser uno de los dos socios comerciales más importantes para Estados Unidos, junto con Canadá.
Según registró MCV, “en el primer trimestre de 2023, México fue el principal socio comercial de Estados Unidos y Canadá el segundo”, y “el comercio trilateral de Norteamérica está asociado a casi 10 millones de trabajos en la región (USMCAVTracker): 5.5 millones en México, 2.5 millones en Estados Unidos y 1.6 millones en Canadá.
Es por eso que poner una y otra vez a prueba la relación comercial con EUA y Canadá, que concentran 85% de todas las exportaciones que México hace al exterior, no parece ser una medida estratégica.
Y todo este crecimiento y dinamismo comercial, ¿para qué?
El progreso social y la prosperidad regional debieran ser el objetivo. Para ello debiera servir la apertura comercial. En el caso de México, en 2022 MCV revisó la correlación que guardan la apertura comercial estatal y la producción industrial con el progreso social. Los resultados fueron sorprendentes: una vez superado un umbral mínimo de inversión en infraestructura logística, las entidades federativas con mayor compenetración en el comercio exterior del país presentaban una mayor puntuación en el Índice de Progreso Social de MCV (IPS).
Sin embargo, no todo puede dejarse al mercado: la calidad de los servicios públicos depende de la gestión de los gobiernos, federal y locales. Entre 2018 y 2021, el progreso social retrocedió en 30 de 32 entidades; y hay al menos tres elementos que preocupan en términos del progreso social.
Salud: menor cobertura de salud desde el sistema público, mayor gasto de bolsillo.
El primero es la falta de cobertura en servicios de salud, que no es otra cosa sino que todas las personas tengan acceso a servicios de salud pública de ningún tipo, y que según Coneval es una métrica que había empeorado entre 2018 y 2020, perdiendo 12 puntos porcentuales.
El propio Coneval reconoce que el problema de la falta de atención médica a la población abierta tiene varias aristas, entre las que destaca la falta de regulación de consultorios privados -sobre todo los adyacentes a farmacias- y el exceso de medicación de los pacientes que los visitan, y la falta de medicamentos dentro de las instalaciones médicas públicas -sobre todo de primer nivel.
Mariana Campos, Directora de México Evalúa, ha documentado otros problema relevantes en el rubro de salud, como que no existan recursos suficientes asignados a cubrir los gastos catastróficos por enfermedades, que aumentan conforme la población envejece: una quimioterapia, una extracción temprana de tumores no benignos, una intervención quirúrgica en el corazón, una amputación, entre otras. Ninguno de éstos son gastos que una familia promedio pueda solventar, así su gasto de bolsillo en salud en 2022 sea mayor al registrado en 2016 y 2018 para todos los niveles de ingreso, indica el análisis de MCV sobre la ENIGH.
Si el análisis se hace por grupo de ingresos (ENIGH 2022), el 10% de los hogares de menores ingresos “presenta el mayor gasto de bolsillo en salud como porcentaje de su ingreso trimestral, con 4.2%. Esto es una muestra de la ausencia de cobertura de servicios de salud para la población vulnerable”. Así las familias tengan mayores ingresos.
Las variables de salud más básicas permanecen desatendidas por esta administración: la tasa de muerte materna e infantil, la de prevalencia de desnutrición y de muertes por enfermedades infecciosas, incluyendo por supuesto, las ocasionadas en el contexto de la pandemia, tuvieron una mayor prevalencia y aumento en Oaxaca, Campeche y Chiapas, según MCV. “A nivel nacional, el deterioro en el componente de nutrición y cuidados médicos del Índice de Progreso Social es de 31 puntos (2018-2021)”. Es doloroso pero sorprendente que los hogares que recibieron menor cobertura de los programas sociales en 2022 hayan sido exactamente estos, según documentó Máximo Jaramillo-Molina, investigador de la Universidad de Guadalajara y director de Indesig, con base en la ENIGH 2022.
@salvadorcosio1