Tratamos de un asunto crucial en la presente etapa electoral. En el estado de Nayarit se ha mantenido la paz, la tranquilidad durante los últimos años. La agenda de seguridad pública ha sido una prioridad para el mandatario estatal Miguel Ángel Navarro Quintero. Los resultados están a la vista y lo que se ve, no se discute.
No obstante, una cantidad abundante de mentiras se han escuchado en la escena electoral. Destaca la que coloca a Nayarit como una región peligrosa para la actividad electoral. Quien escucha tal barbaridad, ni se inmuta ante tales locuacidades verbales. La diarrea verbal de los lenguaraces no tiene freno, no tiene límites. A veces, las elecciones enferman.
Las mentiras en lo corto, resultan contraproducentes. Las personas saben que en Nayarit se trabaja en paz, se vive en paz. Esa mentira sugiere que el estado se encuentra en una situación como la que imperaba en los días del gobierno de Ney González. Un buen número de personas que van a votar por primera ocasión no saben de lo que aquí se habla. Refresquemos la memoria.
La pesadilla dio inicio en 2008, años en el que es asesinado en pleno día, en pleno centro de la ciudad y en pleno informe de gobierno, un ex director de lo que era la Policía Judicial. Para entonces ya se habían registrado hechos que llamaban la atención. Se dijo en esos días, qué en las instalaciones de la Procuraduría, se había entregado a un pequeño grupo de jóvenes ladrones de casas habitación, a delincuentes que habían sido víctimas de ese atropello. La historia resultó un verdadero escándalo que llamó la atención de medios nacionales e internacionales. No profundizaremos en este evento para no extendernos demasiado en el tema central.
Lo que importa en el tema que nos ocupa, es qué a partir de esas fechas, dio inicio una batalla campal en el estado. Esta batalla se manifestaba en tiroteos por las calles y avenidas de Tepic, de varios municipios en el estado. Prácticamente a diario se registraban asesinatos, secuestros o desapariciones.
El presente del Nayarit con el doctor Navarro Quintero como titular del Ejecutivo, no tiene nada que ver con esas escenas de terror. Hoy, las preocupaciones son otras. Para el gobierno, las prioridades están en la educación, en la salud, en la generación de empleo. Otra prioridad consiste en la recuperación de bienes que son parte del patrimonio de los nayaritas.
Esa recuperación del patrimonio de los nayaritas, no es una venganza ni es un asunto personal. No, absolutamente no. De lo que se trata es de recuperar extensas propiedades que pasaron a manos de particulares de manera indebida. De lo que se trata es de que los bienes que sean recuperados, sirvan para garantizar un presente y un futuro mejor para los nayaritas, para todos los nayaritas.
Tras esa etapa siguió una que la gente recuerda con sabor dulce pero amargo. Tras la etapa en la que Nayarit fue convertido en campo de batalla de bandas del narcotráfico, siguió un periodo en el que se impuso la paz y la tranquilidad. Eso se agradece.
Lo que no se agradece es que la paz que siguió a las batallas nuestras de cada día, ocultaba un pacto criminal. Lo que nos dieron a los nayaritas fue una manzana envenenada. Los nayaritas teníamos hambre de paz, de tranquilidad. Pero esa paz y esa tranquilidad tenían un enorme costo oculto, pues los pactos criminales hacían de Nayarit un territorio bajo sospecha.
Con el tiempo todos nos dimos cuenta de lo que ocurría. No obstante, los acuerdos criminales tuvieron su fin tras la detención de personajes que estaban encargados de la seguridad de los nayaritas y de los mexicanos. El nombre más destacado en ese sentido es Genaro García Luna, qué sin el menor rubor, sin el menor recato, sin un mínimo de pudor, sigue opinando en lugar de cerrar el pico, como Dios manda. Ese personaje oscuro, que ejerció la titularidad de la Secretaría de Seguridad federal en el gobierno del PAN de Felipe Calderón, metió a Nayarit en una gran bolsa de intereses criminales. Luego se supo y conviene no tirar al olvido.
Lejos, muy lejos, a varios años luz de distancia se encuentra el estado de todas esas mentiras y de aquellos años de terror que vivió Nayarit. Esas mentiras colocan a Nayarit como región de terror. Lo dicen quienes entregaron el gobierno a las bandas criminales.
Hoy, el doctor Navarro Quintero, coordina los esfuerzos del gobierno federal y el del estado en materia de seguridad pública. Se mantiene la paz en el estado. Es una paz construida día con día. El gobierno de Navarro no descansa para que los nayaritas puedan vivir en paz, para que la tranquilidad no se rompa ni se venda.
Esa paz, esa tranquilidad, se valora más si comparamos con lo que pasó en Nayarit en una de sus peores etapas. Hoy la paz, la tranquilidad, la seguridad pública, se construye con esfuerzo diario y no se cede ante la tentación de la confianza excesiva. El Gobernador de Nayarit tiene prioridades de Estado. Una de ella es sin duda, mantener al estado en paz y trabajando. No hay descanso. No puede haberlo.