El Gobernador de Nayarit Miguel Ángel Navarro Quintero ha mostrado preocupación y compromiso con el bienestar de la ciudadanía de la capital del estado. Las acciones que ha concebido el gobierno estatal involucran a las autoridades municipales y federales. La ciudad de Tepic se encuentra asediada por fenómenos meteorológicos y por indicadores de sismicidad. A eso se debe agregar el efecto que tiene la caótica expansión urbana y la herencia de malos (des)gobiernos.
La ciudad de Tepic ha sido protegida por la Sierra de San Juan. Dado que los cerros que rodean a la ciudad han sido explotados por la presencia de materiales pétreos, el escudo ha sido vulnerado. Al momento en el que se empezó a construir en los zanjones de la capital, se elevó la vulnerabilidad de la ciudad ante las lluvias. Ahora el agua de las precipitaciones corre por las vialidades, se complica el tráfico citadino y se afectan numerosas construcciones.
Las sucesivas administraciones municipales en Tepic no han logrado frenar ni la construcción en zanjones ni obras públicas concebidas desde la imaginación grotesca. Recordemos que, en el denominado cerro de La Cruz, el alcalde Félix Torres Haro propuso construir un monumental Cristo en la cúspide de dicho promontorio. Al ex gobernador Roberto Sandoval se le ocurrió construir una edificación que podría haber tenido buenas intenciones, pero que eludía las reglas de preservación de un área natural protegida.
Las faldas del cerro de San Juan se caracterizan por la presencia de zanjones. Esos zanjones son cauces naturales por donde corre el agua en la temporada de lluvias. ¿Son, o eran? Al momento en el que los zanjones empiezan a ser convertidos en zonas habitacionales, los cauces naturales son obstruidos. Esa es la razón por la que empezaron a construirse canales para controlar las citadas avenidas durante la temporada de lluvias. Un caso de surrealismo puro: tapo zanjones y construyo canales.
Los zanjones no solamente son reconocidos como zonas de escurrimiento de las aguas que se precipitan en el cerro de San Juan. Los zanjones también son conocidos por su capacidad de absorción de más de la mitad de las aguas provenientes de la lluvia. Los zanjones son una especie de pozos de absorción naturales que solían recargar el manto acuífero de Tepic.
Estimaciones de la CNA observan que cerca del 90% del agua que debería escurrir hacia los zanjones, ahora corren por las calles de Tepic. Con la presencia de pavimento, las calles reducen su capacidad de infiltración al 0% (cero por ciento).
Ahora ya no es posible retirar de los cauces federales (zanjones) los cientos o miles de viviendas que se han construido en esos lugares. Lo que sí se puede hacer es poner fin a la invasión de esos zanjones.
En zanjones se han construido farmacias, instalaciones gubernamentales como Casa de Gobierno, el INAPAM y con Flores Curiel, hasta oficinas de Protección Civil municipal en el zanjón de La Alameda. Por cierto, quizá el único alcalde que ha hecho algo por al menos un zanjón, fue el que ocupó el cargo por dos ocasiones, Félix Torres Haro. El ex Presidente Municipal de Tepic salvó de su destrucción total al zanjón de La Alameda, que ahora está siendo invadido silenciosamente para convertirlo en un tiradero de basura. Una buena y otra mala: medio salvó al zanjón de la Alameda, pero puso en riesgo todo el cerro de La Cruz.
Por otra parte, el Atlas de Riesgos para la capital del estado, advierte que “En base a las encuestas realizadas de percepción local, ante peligro sísmico, y considerando la vulnerabilidad social así como la capacidad de respuesta en las localidades urbanas Tepic, San Cayetano y Francisco I. Madero (Puga) para las aceleraciones sísmicas con un periodo de retorno de 500 años se obtuvo como resultado una vulnerabilidad Alta para las tres localidades, ya que la población no tiene una percepción clara del peligro sísmico al que se encuentra expuesto”. Dicho de otro modo, no tenemos la idea exacta de que se puedan registrar movimientos telúricos superiores a lo que provoca un susto como el de 1995.
La capital del estado, ante fenómenos de la magnitud antes descrita, requiere de la coordinación de esfuerzos y de la combinación de recursos de los tres niveles de gobierno. Es en ese sentido el llamado del mandatario estatal Miguel Ángel Navarro Quintero: sumar voluntades y sumar esfuerzos para lograr más y mejores resultados.
El Gobierno Federal podría resolver la mayor parte de los problemas de la capital del estado, si encauza recursos monumentales con ese propósito. Eso no va a ocurrir porque los problemas del país no son solamente los de Tepic.
El Gobierno del Estado podría enfocar esfuerzos y recursos para resolver los problemas de Tepic, pero eso significaría abandonar a su suerte al resto del estado. Esto tampoco va a ocurrir, dado que el Gobernador Navarro Quintero hace toda clase de malabarismos para atender a todo el estado, tanto a Bahía como a La Yesca, a Tepic como a Huajicori. ¿Qué nos queda?
La autoridad municipal, el Ayuntamiento de Tepic, carece de recursos suficientes para enfocarlos a una sola acción de gobierno. Es más, ni siquiera de esa manera se resolverían los problemas de la capital del estado. Ni siquiera dejando de pagar a toda la burocracia municipal, ni dejando de hacer otras actividades que no son de importancia menor. El conjunto de problemas y desafíos es enorme, casi sin fin. Para colmo, en capacidad de resolución el Ayuntamiento de Tepic es el que lleva la peor parte.
Una variable que se debe agregar es la del tiempo. Coordinar esfuerzos y conjuntar recursos federales-estatales-municipales, también requiere de planear y programar las acciones necesarias para hacer una obra de enormes proporciones. Resolver en grande los grandes problemas de Tepic requiere pues, de suma de recursos, de coordinación de autoridades y de programación casi milimétrica.
Esa es la suprema intención del Gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero. Las soluciones están en curso y requerirán de continuidad, potente capacidad de gestión y vocación política y ánimo incluyente. De todo eso existe una cantera interminable. Ya se aprovecha.