Por Raúl Ortiz Bupunary
24 de julio de 1984 en la Alameda Central de Tepic y dentro del todavía edificio del Polifórum Cultural José López Portillo, en un acto oficial encabezado por el entonces gobernador de Nayarit, Emilio Manuel González Parra, es inaugurada de manera oficial la Biblioteca Pública Central Estatal “Everardo Peña Navarro”.
La historia comenzó a escribirse algunos días atrás, cuando el 13 de junio de ese mismo año el citado gobernador y el Secretario de Educación don Jesús Reyes Heroles firman un convenio de colaboración con el cual Nayarit se incorporaría al proyecto de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, posteriormente se instalaría estantería y se dotaría de 2000 ejemplares a la biblioteca que con el tiempo se convertiría en la más importante del Estado.
Actualmente bajo el nombre de José Solón Argüello esta biblioteca ha sido dirigida casi siempre por mujeres, su acervo ha ido incrementando producto de adquisiciones, donaciones de particulares y dotación por parte de la Dirección General de Bibliotecas (DGB).

Ha formado parte de instituciones como la Secretaría de Educación Pública, el ICANAY, la Secretaría de Educación y Cultura y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit.
Los proyectos y programas que presentaron sus primeras directoras le dieron identidad, llegando a ser referente, no sólo en la distribución de espacios sino también en la capacitación y calidad de atención por parte del personal bibliotecario en su mayoría comisionados del Instituto de Cultura del municipio de Tepic.
De resaltar su programa vacacional de verano llamado en algún tiempo “Mis Vacaciones en la Biblioteca”, un proyecto que permitía a los niños acercarse no solo a los libros y la lectura sino también a las artes.
La biblioteca “Everardo Peña Navarro” pareció aletargada y descuidada durante sus últimos 15 años, tiempo en el que la estructura del vetusto edificio comenzó a deteriorarse, su techumbre fue poco a poco convirtiéndose en una coladera, el drenaje colapsó, las paredes en forma de ventanas de cristal se desquebrajaron, su mobiliario fue cumpliendo su ciclo de vida, las administraciones estatales dejaron caer el edificio, no le dieron el mantenimiento requerido, tampoco hubo innovación ni proyectos que impactaran o dejaran huella durante ese tiempo, la biblioteca vivió una época de incertidumbre, los responsables nadaron de a muertito, el enorme descuido del que fue presa en ese tiempo provocó un daño irreversible, perdió presencia ante la sociedad, dejó de crecer y desarrollarse, quizá lo único rescatable fueron los programas vacacionales y de capacitación de la DGB.
Finalmente, el antiguo edificio terminó por colapsar y tuvo que resurgir como el ave fénix, el Gobierno del Estado por medio del Gobierno Federal lograron levantarlo de nuevo entre 2019 y 2020.
La flamante biblioteca en su nuevo edificio fue reinaugurada en junio de 2021, ya con otra dirigencia estrenó nuevos servicios: “Realidad virtual”, “Impresoras 3D”, Recorridos Virtuales y otros que le dieron una cara distinta y esperanzadora.
Lamentablemente la construcción del nuevo edifico al parecer no se hizo con materiales de buena calidad y una de sus paredes de ventanas de cristal colapsó en julio de 2022, lo que provocó que se cerrara, después de casi 2 años fue reabierta al público, pero los servicios innovadores de tecnología no regresaron con ella, es decir ya no cuenta con espacios de realidad virtual, de recorridos y de impresoras 3D, además cuenta con muy pocas personas para atención al usuario.
Esperemos que esto mejore y que la biblioteca de la Alameda vuelva a brillar con luz propia igual que lo hizo en su pasado.