“No es nada fácil cuidar a un paciente renal, es una tarea muy difícil porque hay que dializarlo todos los días, además es necesario darle su medicamento a la hora que te lo marca el médico, pero además se debe de poner especial atención en la higiene de todo nuestro entorno, no es fácil vivir así, nuestras vidas cambiaron desde el momento en que los riñones del jefe dejaron de funcionar”, dijo en entrevista el joven Jorge Guillermo Ulloa Cabrales.
Sentado en una de las jardineras que se encuentran en la explanada del hospital 1 del IMSS, el joven entrevistado comentó que desde hace más de cuatro años él es el responsable de los cuidados médicos de su señor padre, de quien dijo que a causa de la diabetes mellitus poco a poco perdió la vista y ha quedado imposibilitado para valerse por sí mismo.
Refirió que su jefe, en varias ocasiones ha sido internado de emergencia en el IMSS: “Una vez, ya teníamos como tres días en urgencias, en esa ocasión lo traje porque mi padre no soportaba un fuerte dolor de estómago, llegamos a urgencias y lo canalizaron, le colocaron suero y a través del suero le aplicaron medicamento, el dolor poco a poco fue desapareciendo, pero no lo dieron de alta porque le iban a realizar unos estudios, ya teníamos tres días aquí en el hospital y una noche salí a cenar, me tarde como 30 minutos al regresar uno de los pacientes que estaba en urgencias había fallecido, yo entré y vi cómo llevaban el cadáver, el cuerpo iba cubierto con una sábana y un cierre que lo cubría de pies a cabeza, no se le veía el rostro, pregunté cómo se llamaba el fallecido y me respondió en camillero que Guillermo, en ese momento sentí algo que no te puedo explicar, empecé a llorar, me encaminé hacia la cama donde estaba mi jefe y gracias a Dios ahí estaba él, mi padre estaba dormido”.
Recordó que en esa ocasión a los pocos días dieron a alta a su padre: “Nos fuimos, pero a los 15 días tuvimos que regresar al IMSS porque en esta ocasión mi jefe presentaba una fuerte diarrea y se repite la historia, primero a la sala de urgencias, más estudios clínicos, después a piso, hoy cumplimos 12 días pero ya nos vamos, ya lo van a dar de alta, un rato más nos vamos a casa, la diarrea se controló, la atención que le dieron a mi jefe aquí en el IMSS fue muy buena, gracias a todos. Somos de Tepic, aquí vivimos pero ojalá y ya no regresemos, pero por lo grave de su enfermedad yo creo que sí vamos a volver, pero no importa, un día al lado de mi padre es una bendición, si me llega a faltar no sé qué haré sin él, él es todo lo que tengo, mi jefa se volvió a casar y mis hermanos no nos frecuentan”.