La señora Aurora Martínez Dávalos, vecina de la colonia San José en la ciudad de Tepic, en entrevista narró la amarga experiencia que vivió durante 15 años al lado del hombre que era su marido y padre de su hija.
Martínez Dávalos recordó que después de ser novia de José Antonio NN por más de un año, resultó embarazada: “Pero a los tres meses de que éramos novios me di cuenta que fumaba mariguana y le gustaba beber cerveza, en ese entonces yo lo veía normal, pero él nunca fue romántico ni cariñoso, era parco, seco, muchas veces prefirió salir con sus amigos que conmigo”.
Detalló que desde que salió embarazada, ambos se fueron a vivir a la casa de sus suegros: “Porque mis padres me obligaron a irme con él, recuerdo que Toño no quería vivir conmigo, pero sus papás lo convencieron y nos fuimos a vivir a la casa de mis suegros y fue ahí donde empecé a vivir un verdadero infierno, ahí me golpeaba y yo callaba, pasaban días enteros sin probar bocado, vivíamos en la azotea de la casa de mis suegros, era un cuartito pero estaba independiente de toda la casa”.
Recordó que a los dos años de vivir con los suegros, decidieron rentar una casa: “Pero él seguía tomando y consumiendo mariguana y ya borracho por cualquier motivo me golpeaba hasta dejarme inconsciente y tirada en el piso”.
La señora Aurora comentó que su marido era originario de un municipio de la zona serrana del estado de Nayarit: “Era indígena, era un hombre de mente muy cerrada, pero además era muy celoso, siempre me acusaba de que yo me acostaba con los vecinos, e incluso me decía que yo era una perdida porque según él yo tenía amoríos con sus propios hermanos, lo peor es que yo no podía contradecirlo porque si lo contradecía me golpeaba, pero si me quedaba callada daba por hecho sus acusaciones y también me golpeaba, siempre me trató como si fuera una mujer pública, me trataba peor que a las cantineras, como si me hubiera recogido de la calle o de alguna esquina donde las mujeres venden sus cuerpos, Toño nunca me valoró como mujer, siempre me trató de lo peor”, aseveró.
Cuando le preguntamos a la señora Aurora por qué no dejaba a su marido, ella respondió: “Era el padre de mi hija, yo no trabajaba, dependía del dinero que él me daba para la alimentación, pero además él pagaba la renta”.
Explicó que después de las golpizas que le daba su marido, ella se refugiaba en su casa y no salía a la calle en un periodo de hasta 14 días: “Me daba vergüenza que los vecinos me vieran toda golpeada, me escondía y eso a él le agradaba porque me la pasaba encerrada”.
Sin embargo, la entrevistada puntualizó que su marido era mecánico y que durante la época de la violencia en Nayarit sujetos armados se lo llevaron: “Fue en septiembre del año 2015 cuando hombres armados a golpes lo sacaron del taller lo subieron a una camioneta blanca, me dijeron los vecinos y desde entonces no sabemos nada de él, mi hija, siento que a veces lo extraña, yo no. Porque la verdad desde que Toño desapareció de mi vida yo vivo en paz, a veces sin dinero pero libre, a veces ni para las tortillas tenemos pero nadie me golpea, ya tengo más de 9 años sola y la verdad no quiero saber nada de los hombres, no tengo novio y menos marido, pero prefiero estar sola que seguir siendo una mujer maltratada”, concluyó.