Frecuentemente, dado el amplísimo panorama de temas que, sin censura alguna, se abren, semana tras semana, para las colaboraciones que, desde hace aproximadamente tres años, he venido escribiendo para El Meridiano de Nayarit.
Esta vez, en el menú de posibilidades, apareció una nueva colaboración en el ámbito deportivo en la cual comentar acerca de las semifinales del Torneo Apertura 2024 [que, como dato curioso, se disputa después del Clausura 2024], el triunfo del Liverpool sobre el City [que llegó a 7 partidos sin conocer la victoria], el triunfo del Real Madrid y la derrota del Barcelona que deja al conjunto merengue a un punto de los blaugrana con un partido menos y el triunfo del Max Verstappen en el Gran Premio de Catar…
Una colaboración a partir de la evaluación que publicó recientemente el Coneval [antes de morir diluido en el Inegi] en el ámbito de la educación, u otra, de uno de esos temas que incursionan en lo indecible, acerca de una invitación de Thomas Merton a dejar que se muestre nuestra identidad auténtica que mora en el seno creador-maternal del Dios Trino…
Y, sin embargo, el descubrimiento y la lectura de uno de los artículos de la Revista Proceso del mes de diciembre dedicado a la celebración de los 500 años de la fundación ―por Hernán Cortés― del Hospital de Jesús, me condujo a la decisión de elegir este tema para esta primera colaboración del mes de diciembre de este año 2024 que se va acercando a su final.
El mensaje del artículo mencionado, escrito por Niza Rivera, desgraciadamente, tiene un tono de preocupación más que de celebración ya que, el Comité Conmemorativo ―presidido por el Dr. José Narro, ex Rector de la UNAM y ex Secretario de Salud― llamó la atención de quienes estuvieron presenten en el evento conmemorativo acerca de la necesidad urgente que tiene este hospital centenario de 200 millones de pesos para su modernización, o bien, en caso de no obtenerlos, resignarse a dejar de ser hospital y convertirse en un simple dispensario.
Cabe señalar que, desde el siglo XIX en que se canceló el subsidio que le daban los descendientes de Cortés al serles retirado el Marquesado del Valle de Oaxaca, el oficialmente denominado Hospital de la Purísima Concepción y Jesús Nazareno ha sobrevivido gracias a la asistencia pública y a la obtención de recursos a partir de los servicios que presta.
En el artículo mencionado, se retoman unas palabras de Adrián Rivera ―actual administrador del nosocomio― en las que subraya la necesidad de una inversión que permita la adquisición de aparatos para realizar resonancias magnéticas y tomografías, así como renovar, al menos, las camas antiguas para las que ya no se encuentran refacciones…
Como era de esperarse, en el artículo de Niza Rivera se hace mención del Dr. Julián Gascón Mercado, a quien el también doctor José Narro dedicó sus palabras en el acto conmemorativo recordando el importante papel que desempeñó en ese hospital.
Asimismo, se hace referencia a tres obras de la autoría del doctor Gascón: “Breve Historia del Hospital de Jesús”, “Los murales del Hospital de Jesús” y “Hospital de Jesús. Sus principales obras de arte”.
Dado que el artículo que nos ocupa aparece en la sección de Cultura, en él se hace referencia a cinco obras de arte en que aparece la figura del conquistador.
La primera de ellas, una réplica de un busto realizado por Manuel Tolsá que Don Julián mandó colocar frente a las escalinatas principales al considerar que era injusto que el hospital no tuviera una escultura de su fundador.
Otras dos son murales: “Historia de la medicina en México”, obra de Antonio González Orozco que data de 1993 y que abarca desde la época prehispánica hasta nuestros días y un mural de talavera colocado en 2015 que reproduce un biombo del famoso pintor novohispano Juan Correa sobre el encuentro de Hernán Cortés con el emperador Moctezuma II.
Las dos obras restantes referidas en el artículo en las que aparece también la figura del conquistador y que forman parte de la colección artística del hospital, son dos oleos: “Retrato de Hernán Cortés” y “Hernán Cortés orante”.
Transcribo aquí la descripción que Niza Rivera hace en su artículo de estas dos pinturas al óleo:
“El primero (1.90×90 cm) data de 1529. Se retrata en la parte superior izquierda su escudo del Marquesado del Valle de Oaxaca, mientras aparece de cuerpo entero, con traje de gala, armadura en torso y brazos, falda de coto con mallas y medias; en la mano derecha sostiene el bastón de mando de capitán general, mientras la izquierda descansa sobre la empuñadura de su espada”.
“El Hernán Cortés orando se realizó en años posteriores a su muerte. Está hincado sobre un cojín con las manos juntas, vestido de armadura (con su casco en el piso). Es de pintor anónimo cuyo estilo apunta hacia el siglo XVII -según Duverger-, y la imagen de su cara se basó en el Retrato de Hernán Cortés mencionado”.
El Hospital de Jesús, pues, cuenta sin duda con un rico acervo cultural pero, desgraciadamente, por falta de recursos, su sobrevivencia como hospital depende de la obtención de unos recursos que el Patronato a su cargo tendrá que buscar la manera de obtener y miembros de la sociedad con capacidad de contribuir ―como lo señaló el doctor Narro― la harán posible… o no, porque en el contexto de tensión con todo lo que tenga que ver con la conquista española es poco menos que imposible que esos recursos provengan de fondos gubernamentales, ya sean federales, ya sean de la ciudad capital.