Que si Trump quiere cambiarle el nombre al Golfo de México, juguemos vencidas o retémoslo a duelo de ocurrencias. A eso no nos ganan. Ya alguien en las redes hizo la contrapropuesta de rebautizarlo como Golfo del Bienestar. Digámosle “me canso ganso” a que se dará por vencido con nuestro ingenio. El Río Bravo podría nombrarse Fuchi Caca para que ahora sí, faltaba más, se pare el movimiento migratorio. Y que si quiere un programa Abrazos no Balazos para su lucha contra la corrupción y el crimen, que nos avise para mandarle técnicos de élite. Y desde el terruño, modestamente le proponemos una nueva marca para las torres y hoteles Trump. Honestamente les falta imaginación. Amado Nervo será más atractivo. Nomás no quieran a cambio que el rosa mexicano cambie a rojo americano.