¿Y quién diablos sabe por qué caminos nos conducirá nuestra suerte?
Arthur Rimbaud
Desde los rincones más oscuros del anonimato, puercamente se lanza lodo. Es légamo que se tira para dañar a colaboradores del mandatario estatal e indirectamente al mismo titular del Ejecutivo. Para esas personas amargadas, resentidas, hay palabras duras de parte del gobernador: sinvergüenzas y cobardes, les ha dicho. ¿Quiénes son los destinatarios de las fuertes y claras palabras del Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero?
Mediante el método de eliminación, podemos dar con la identidad de los destinatarios de las fuertes expresiones del doctor Navarro. ¿A quienes no les queda el saco? ¿A personas asociadas con siglas como el PAN o el PRI? No, definitivamente no. La razón es simple: quienes se identifican con las siglas PAN o PRI, se encuentran procesando sus propias contradicciones. ¿El PRD?: no, tampoco puede sospecharse de quienes traicionándose entre ellos se acabaron esas siglas, engordando por la vía del oportunismo, la hipocresía y la más marrana endogamia. Por su parte, quienes se visten con las siglas de Movimiento Ciudadano, están dedicados a construir sus propios destinos y a construir alternativas. ¿Otras siglas?: ni siquiera vale la pena mencionarlas.
Tampoco son los aliados del mandatario los que juegan peligrosamente con esa inmundicia que se tira contra integrantes de su equipo de gobierno. Dentro de Morena, el PT o el Verde existen fuertes diferencias. Estas se procesan de manera tal que no se requiere luchar porque son gobierno y porque tienen arbitraje interno que encauza esas pugnas.
Podemos de esa manera, concluir que la bazofia no proviene de entes organizados. Luego entonces, ¿Quiénes son los autores de la mescolanza de porquerías que se lanzan contra servidores públicos en los que confía el Gobernador Navarro Quintero? Un primer acercamiento a la identidad de los autores de los puercos ataques, nos sirve para perfilar que son personas y no agrupaciones. Tras el excremento que se tira contra los funcionarios, no hay ni siglas electorales, ni organizaciones sindicales o empresariales. Se trata de mentecatos que actúan a título personal, seguro.
¿Qué personas pueden tener razones para atacar a servidores públicos que han debido lidiar con grandes problemas que afectan a todo Nayarit? La respuesta podemos encontrarla en una revisión de la lista de afectados por las acciones que el gobierno navarrista ha emprendido contra la corrupción. Esa batalla contra la corrupción no tiene una motivación personal, aunque las reacciones si provienen de individuos. Cuando hablo de individuos, no hablo de sexos.
El mandatario nayarita tiene una biografía excepcional. Esa biografía nos describe a una figura pública que entrevera sensibilidad personal con la fuerza de las convicciones. En efecto, la personalidad de Navarro Quintero se ha forjado en la riqueza de los valores entre los que destacan los buenos sentimientos, la austeridad y la templanza.
Los valores son los que han mantenido entero y de pie a un Navarro Quintero que ha sido atacado por gente sin valores, carentes de escrúpulos. Por eso, ahora al frente del Poder Ejecutivo, Navarro gobierna con el ejemplo. Y no es cualquier cosa ese ejemplar proceder: gobierna con humildad, gobierna con tolerancia y ánimo incluyente, gobierna con talante contemporizador. También gobierna con mano firme, con la fuerza de sus convicciones y con la contundencia de los valores que le reconocemos los nayaritas.
Al mandatario lo mueve la lealtad recíproca. Esa lealtad es la que se expresa con el afecto que muestra a sus colaboradores, a los que les hace saber que deben dar resultados en sus campos de responsabilidad. En efecto, a Navarro Quintero se le ha reconocido su buena fe, su buena voluntad y a la vez, la fiereza con la que defiende ideas y la consistencia con que cumple su palabra.
La fuerza con la que Navarro Quintero defiende la buena reputación de sus colaboradores, obliga a esos mismos funcionarios a responder con la misma moneda. Claro que los servidores públicos están obligados a sujetarse a los valores, a los principios que reclama la lealtad. La lealtad es un valor fundamental en política. Lealtad como respeto y reconocimiento a un liderazgo y a un programa. Lealtad, no abyección o puerco servilismo. La lealtad no exige ceguera, obnubilación. Por el contrario, la lealtad reclama de sincero compromiso racional. La lealtad absoluta es acrítica, no necesita inteligencia: la lealtad absoluta es vocación de los imbéciles. La lealtad absoluta es vocación de imbéciles por una razón: no piensa y cuando piensa, piensa solamente sandeces. El imbécil es desleal por naturaleza, pues “no se la piensa” cuando apuñala por la espalda.
Los colaboradores del gobernante nayarita muestran lealtad dando resultados y actuando apegados a los principios y valores qué con su ejemplo, muestra el mandatario. Se dice muy sencillo, pero actuar apegado a valores fundamentales, no resulta sencillo para cualquiera, sobre todo cuando se tiene como divisa hacer un gobierno suicida, como el mismo mandatario lo ha caracterizado.
Por eso la relevancia y el alto significado de las palabras del mandatario nayarita cuando fustiga a los sinvergüenzas y cobardes que tiran boñiga y esconden la mano. Los nayaritas conocemos a los actores de la escena pública. Ya podemos imaginar el origen de la porquería que lanzan los pusilánimes que se ocultan en la penumbra de su propia basura. Como suele decirse en lenguaje coloquial, “Como viven, juzgan”. Los que tiran estiércol, solamente tiran lo que les sobra en su interior, se proyectan.
Quienes conocen el origen, la formación y la trayectoria del doctor Navarro Quintero, sencillamente se ríen de quienes lanzan lodosos infundios. La honestidad, la moderación, los valores que mueven a quien dirige las riendas del Poder Ejecutivo estatal, son fuertes y resistentes a toda prueba.
Pobres de aquellos que tiran la piedra y creen que pueden esconder la mano. Hay tanta maldad como ingenuidad en los que mal viven entre su propia bazofia.
Las duras palabras que restallan contra el lomo de sinvergüenzas y cobardes, son contundente respuesta desde la cima de valores y principios de quien no se asusta ni se amedrenta. En efecto: el doctor Navarro Quintero ha visto peores fantasmas, en peores panteones y a peores horas de la madrugada.