Por Juan José Mendoza Alvarado
Una breve mirada al desempeño de la economía mexicana en su historia económica y política reciente, nos permitirá ilustrar brevemente los términos en que se encuentra el debate de la política económica en materia de crecimiento económico.
En esta perspectiva, al periodo que va de 1950 a 1981 se le suele denominar el “milagro económico” por haber logrado tasas de crecimiento económico superiores al 6% por año y un ingreso per cápita superior al 3%. Según Esquivel (2024), durante este periodo “el ingreso per cápita de los mexicanos prácticamente se triplicó, mientras el producto por trabajador creció alrededor de 170%. Fueron años de crecimiento económico, industrialización, urbanización y, en general, de progreso económico” (p. 3). La figura dos, captura los años que van de 1964 a 1982, los cuales se inscriben dentro del periodo anteriormente mencionado.
Figura 2: Tasas de crecimiento promedio anual del PIB y del PIB per cápita en México por períodos presidenciales,1964-2023
En porcentajes
Fuente: Figura 4 en Why is Mexico not yet developed? Por Gerardo Esquivel, 2024.
Entre las causas que explican los resultados del periodo anterior hay que mencionar un crecimiento económico mundial favorable, un modelo de desarrollo económico basado en la Sustitución de Importaciones el cual privilegiaba la industria en detrimento del sector agrícola, el fortalecimiento del mercado interno y un cierto intervencionismo estatal entre otros factores, los cuales hicieron posible los sobresalientes resultados macroeconómicos que hemos comentado. Los desequilibrios macroeconómicos acumulados (inflación, devaluación del tipo de cambio, déficit fiscal, déficits de balanza de pagos, etc.) especialmente durante el subperíodo de Luis Echeverría y José López Portillo, condujeron a la crisis económica de 1982. Dicha crisis, que en buena medida era una crisis fiscal, fue definida como una crisis estructural, en consecuencia, había que reorientar el modelo de desarrollo económico.
Vendrían los años del ajuste económico durante los gobiernos de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari, así como la puesta en marcha de lo que se denominó reformas estructurales de primera generación entre las cuales hay que mencionar: apertura comercial e ingreso al GATT, privatización de bancos y empresas públicas, reforma financiera y apertura al capital extranjero, ajuste fiscal, liberalización del tipo de cambio, flexibilización de ciertas normas laborales, eliminación del proteccionismo y desmantelamiento gradual de subsidios en el sector agrícola entre otros. Los magros resultados obtenidos durante los sexenios de Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo obligaron a profundizar el modelo por lo que se continuó con una segunda tanda de reformas estructurales entre las cuales se cuentan: consolidación tributaria, reforma energética, reforma en telecomunicaciones, reforma educativa, reforma laboral, reforma en competencia económica y reforma político electoral.
Los resultados de las reformas mencionadas que corren del año 2000 al año 2023 fueron muy modestos en materia de crecimiento del PIB y del ingreso per-cápita: 1.6% y 0.3% en promedio por año respectivamente. Muy lejos de los obtenidos durante el periodo denominado del milagro económico. La respuesta de quienes implementaron las reformas estructurales de primera y segunda generación a la pregunta de por qué crece tan poco la economía mexicana, radica en la necesidad de profundizar las reformas estructurales propuestas, así como en erradicar los incentivos perversos existentes para que una buena parte de mexicanos (alrededor del 60% del tejido empresarial) prefieran la informalidad a la formalidad, así como la baja penetración de los mercados financieros entre otras.
Por su parte en una perspectiva un tanto distinta, Gerardo Esquivel (2024) plantea que la hipótesis anterior no ofrece una respuesta adecuada al porqué del buen desempeño de la economía mexicana durante el periodo del milagro económico. En ese sentido, opta por un enfoque que denomina más de naturaleza estructural para explicar las bajas tasas de crecimiento económico y del ingreso per-cápita, basado en los trabajos en la materia de Jaime Ros (2013 y 2015). En la perspectiva de Ros y Esquivel ha habido una falta de inversión significativa en la economía, particularmente en los niveles de capital por trabajador, que no ha mejorado sustancialmente desde principios de la década de 1980. Este estancamiento en la inversión limita el crecimiento de la productividad y la expansión económica.
Mientras que en 1950 un trabajador mexicano produjo el equivalente al 45% de un trabajador americano, para 1981 dicha proporción fue cercana al 70%. Sin embargo, la crisis de los ochenta trajo este indicador de vuelta a los niveles de 1950. En 1994, el año en que se puso en marcha el TLCAN, la productividad en México había disminuido a sólo el 42% de la de los Estados Unidos. Desde entonces y hasta 2019, la proporción ha continuado disminuyendo y para este mismo año fue de solo 32%, su nivel más bajo desde que contamos con medidas confiables y comparables (Esquivel, 2024).
Parafraseando a Ros, Esquivel sostiene que la causa que explica el bajo desempeño económico de México radica en la baja acumulación de capital físico mismo que creció de manera importante de 1950 hasta 1981 año a partir del cual decreció y se estancó. Este resultado es reafirmado por el resultado que nos comparte Esquivel en su trabajo titulado “Why is Mexico not yet developed”, (2024) en el cual encuentra que tanto el ingreso como el capital por trabajador se han estancado a partir de 1981 y hasta la fecha. Esta hipótesis sostiene el autor, es compatible con otras hipótesis como lo son la ausencia de acceso al crédito, la falta de inversión pública e infraestructura apropiada, la existencia de fricciones financieras para micro empresas de baja productividad en la industria mexicana y la entrada de China en la arena global. En esta perspectiva, la baja productividad y la presencia de la informalidad, características de la economía mexicana deben entenderse como la consecuencia de la baja relación capital por trabajador y no como la causa del bajo crecimiento.
Referencia bibliográfica
Esquivel, G. (2024). Why is Mexico not yet developed?. El Colegio de México.