El café de Nayarit, conocido por su sabor suave y sus matices únicos, ha recorrido un largo camino en las últimas décadas. Desde ser un cultivo rural de importancia local hasta posicionarse como uno de los productos más emblemáticos del estado, la caficultura nayarita sigue demostrando que, a pesar de los desafíos, tiene un futuro prometedor.
El 2024, un año mixto para la producción cafetalera en Nayarit, deja una sensación ambigua entre los productores. En un contexto global de fluctuaciones económicas y climáticas, el estado logró un leve incremento en la superficie sembrada de café, alcanzando un 0.38 % más en comparación con el año anterior. Sin embargo, la cosecha de este ciclo presentó una caída significativa del 9.43 % respecto al récord histórico de 2023, según los datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Secretaría de Agricultura.
Estos datos dejan claro que la agricultura no es un camino recto, pues las cifras reflejan el compromiso de los caficultores nayaritas por mejorar sus técnicas de cultivo, adaptarse a las variaciones climáticas y seguir explorando innovaciones tecnológicas. A pesar de la caída en la producción, la eficiencia alcanzada promete (y está cumpliendo) consolidar al estado como un referente en el sector cafetalero.
Este descenso en el volumen cosechado no empaña el panorama general, que sigue siendo positivo. En 2023, Nayarit vivió un auge en la producción, superando las expectativas y colocando al estado entre los primeros diez lugares a nivel nacional, tanto en cantidad como en rendimiento. El avance fue sobresaliente: un incremento del 20.75 % en la producción, alcanzando más de 13 mil toneladas de café. A pesar de que la superficie sembrada sólo creció un modesto 0.06 %, los esfuerzos de los caficultores por implementar nuevas tecnologías y prácticas agrícolas eficientes fueron clave para ese salto en el rendimiento.
Comparando con 2018, la evolución de la caficultura nayarita es sorprendente. Mientras que la superficie sembrada apenas creció un 1.64 % en este período, la producción se disparó de mil 564 toneladas en 2018 a más de 13 mil toneladas en 2023, un crecimiento que resalta no sólo el aumento en el rendimiento, sino también el impulso de los caficultores que, año tras año, adaptan sus cultivos a un mercado global exigente.
Pero si de algo pueden estar seguros los productores, es que, aunque la superficie sembrada para 2025 disminuyó un 7.17 % en comparación con 2024, la estructura productiva se ha consolidado de tal manera que los caficultores nayaritas podrán afrontar esta leve contracción. Nayarit sigue demostrando su capacidad para adaptarse, un rasgo esencial en la agricultura, y especialmente en el cultivo de café.
La distribución geográfica del café en Nayarit no ha cambiado mucho en los últimos años. Los municipios de Compostela, San Blas y Xalisco siguen siendo los principales pilares de la producción. Para el ciclo agrícola 2025, Compostela concentra el 31.4 % de la siembra, mientras que San Blas y Xalisco mantendrán posiciones similares, representando cada uno más del 20% de la producción total.
En términos de producción, 2023 fue un año de liderazgos compartidos. San Blas se coronó como el mayor productor, con el 25.9 % del total, seguido de cerca por Xalisco y Compostela, según los registros del SIAP. Estos municipios siguen siendo los núcleos de una actividad cafetalera que genera miles de empleos y contribuye significativamente a la economía del estado.
A pesar de las variaciones en la cosecha, lo que sigue consolidando a Nayarit como una potencia cafetalera es la calidad de su producto. El café nayarita se ha convertido en un sello de calidad reconocido no sólo a nivel nacional, sino también en mercados internacionales. Los caficultores de Nayarit, además, han apostado por prácticas más sustentables, que no sólo mejoran el sabor del grano, sino que también promueven la conservación del medio ambiente.
Con 10 de los 20 municipios del estado sembrando y cultivando café, Nayarit se consolida como una de las regiones cafetaleras más importantes de México, siendo la séptima en términos de volumen. Los retos de 2024, aunque notables, no parecen haber minado la voluntad de los caficultores, quienes siguen demostrando su resiliencia y su compromiso con la calidad del producto.