La Comisión Disciplinaria del futbol mexicano desconoce la palabra ejemplaridad. Ni siquiera mano dura. Simplemente, ejemplaridad.
No es un tribunal que imparte justicia sino un organismo aliado de los clubes. No tiene autoridad. Dicha comisión de pacotilla permitió que el Guadalajara jugara el sábado por la noche en un estadio ubicado a solo 21 kilómetros de distancia del suyo, que se encontraba vetado, cuando lo reglamentario establece hacerlo en una cancha que se encuentre por lo menos 50 kilómetros apartada de la propia.
Tampoco se notificó el cambio de sede al Estadio Jalisco con los siete días de anticipación que establece el reglamento. El verdadero castigo hubiera sido que el Guadalajara jugara en el Estadio Akron a puerta cerrada. Si el organismo de marras se brinca a la torera sus propios reglamentos, es imposible esperar que haya justicia cuando se cometen faltas en la Liga MX. A final de cuentas, el futbol es un reflejo del país.
Por lo que toca a lo futbolístico, el América goleó a los Tigres y se afianzó como el mejor equipo de México. Es mucha pieza. Después de tres títulos de forma consecutiva, las Águilas mantienen la ambición y las ganas de seguir cosechando blasones. Insaciable.
Por si fuera poco, el entrenador André Jardine salió al paso de las los rumores que lo colocan como el próximo técnico de la selección brasileña. Con sencillez y ubicación, reconoció que hay entrenadores más capacitados y experimentados que él. Se trata de un hombre ejemplar, que ha venido a aportar mucho y que ya está instalado en la historia del balompié nuestro.
En materia taurina, y no obstante que contaba con los permisos necesarios, la empresa de la plaza de El Salitre (Querétaro) vio con desilusión la intimidante llegada de la Guardia Nacional para interrumpir la corrida que se realizaba en ese lugar el pasado viernes 21, en atención a un amparo de una agrupación protectora de animales.
Siguen dándose actitudes intimidatorias que buscan la abolición de las corridas, una idea obtusa e impositiva. Detrás del proceso “civilizatorio” con respecto a los animales, se esconde un pensamiento intolerante y autoritario.