El federalismo fiscal en México permite compensar las asimetrías económicas y recaudatorias de sus estados y municipios otorgando al gobierno central poderes distributivos que se consideran justos para cubrir los derechos de todos los ciudadanos.
De vez en vez, los estados con mayor desarrollo levantan la voz pidiendo o exigiendo que se les asignen más recursos fiscales, en porcentajes similares a la aportación en la recaudación. Nayarit, en ese contexto, siempre calladito se ve más bonito, consciente de su debilidad económica.
Pocas veces se ve a sí mismo o se le ve, dependiendo el enfoque, en la posición de poner condiciones o negociar desde un sitio superior a sus pares. En estas semanas esta atípica conducta ha salido a escena.
En el modelo de federalismo hídrico de México, el agua superficial como los ríos, lagos y lagunas, así como el agua subterránea son propiedad de la Nación. La administra el Poder Ejecutivo Federal, que transfiere facultades, responsabilidades y recursos a las entidades federativas y municipios para su gestión. En lo fiscal y en el caso del agua, el propósito es dar acceso a todos al dinero recaudado y al líquido.
Si a la hora del reparto, hasta en las familias surgen problemas, es natural que suceda cuando se trata de recursos económicos o naturales.
El antiguo proyecto de llevar agua de Nayarit a Sinaloa, Sonora y Baja California, nos pone en el lugar de la abundancia, y a los receptores en la escasez. Y ahora, por primera vez, hablamos desde el que da, no desde el que recibe. Y ahí vienen los peros.
En el modelo de federalismo hídrico de México, el agua superficial como los ríos, lagos y lagunas, así como el agua subterránea son propiedad de la Nación. La administra el Poder Ejecutivo Federal, que transfiere facultades, responsabilidades y recursos a las entidades federativas y municipios para su gestión. En lo fiscal y en el caso del agua, el propósito es dar acceso a todos al dinero recaudado y al líquido.
“Primero debemos garantizar el agua a nuestras regiones y localidades, luego a los vecinos”, fija postura el gobierno estatal “Esto no es un mercado”, elevan la voz los activistas. “Cuidado con los costos ambientales”, alertan ecologistas y técnicos. Esas son nuestras justas posiciones.
Pasando nuestras fronteras estatales son voces de escasez, de urgencia, de crisis, que no son nuevas, pero sí cada vez más complicadas. Son sus legítimas posturas.
Ayer publicó Meridiano un trabajo especial sobre el Plan Hidráulico del Noroeste (PLHINO), planteado hace medio siglo y puesto de nuevo en la discusión regional. Su propósito colosal es llevar agua nayarita hasta Tijuana, pasando por Sinaloa y Sonora. Las reacciones locales, era previsible, han sido de poca simpatía.
El texto de seguimiento de este esfuerzo de periodismo de datos y documentación trae a la mesa el cambio climático que también está afectando a Nayarit. Para no ir muy lejos, en marzo y abril no hubo registro de lluvia en Jalisco, Nayarit y Sinaloa y abril es el más seco para México de los últimos 48 años.
Cuando el PLHINO se formuló, hace medio siglo, el agua superficial era abundante en Nayarit. Hoy lo sigue siendo. Las variaciones no se consideran siginificativas. Pero nadie asegura que en 50 o 100 años se mantenga en esas condiciones.
Ayer publicó Meridiano un trabajo especial sobre el Plan Hidráulico del Noroeste (PLHINO), planteado hace medio siglo y puesto de nuevo en la discusión regional. Su propósito colosal es llevar agua nayarita hasta Tijuana, pasando por Sinaloa y Sonora. Las reacciones locales, era previsible, han sido de poca simpatía.
Una faraónica obra como ésta tiene objetivos más justificados que los del Tren Maya o el aeropuerto Felipe Ángeles. Pero los costos ambientales pueden ser similares al primero. O el cambio climático reducir el caudal transferible a grado de no justificar su enorme inversión.
Será sano escucharnos todos. Los que reciben a los que dan. Los que dan a los que reciben. Los técnicos a la naturaleza que será aplastada en nombre de la agricultura, la industria y el consumo humano. Todos debemos escuchar la voz de los hombres y mujeres que perderán, porque siempre se pierde, paisaje, casa, sustento, con la modificación del curso natural del agua superficial.
Escucharnos mutuamente debe ser la primera condición.