El torero michoacano Isaac Fonseca consiguió un triunfo muy importante la tarde del miércoles en la Feria de San Isidro en Madrid.
Bajo el clima desapacible que obligó a muchos aficionados a abandonar sus localidades, Fonseca tuvo la suerte de que le tocara el toro Brigadier de la ganadería salmantina de Pedraza de Yeltes.
El toro, largo como un ferrocarril y de impresionante volumen, pesó 667 kilos. En muchas ocasiones, toros tan pesados no embisten, pero resulta que el castaño se desplazaba de manera extraordinaria.
Ya desde el capote, el animal del nombre militar enseñó la cualidad de humillar. Sin cederle todo el protagonismo, Isaac lo hizo lucir en la suerte de varas. Lo colocó a 20 metros del caballo. El toro se arrancó de largo y recibió un soberbio puyazo del picador Borja Lorente.
La mesa estaba puesta. El moreliano inició la faena de muleta con un ramillete de templados derechazos de rodillas. Más tarde, ya en pie, aprovechó cabalmente el magnífico lado derecho de su aliado.
Llegado el momento de tirarse a matar, lo hizo con total decisión, pero señaló un pinchazo en el primer viaje, resultando rebotado. Acertó en el segundo intento para cortar una oreja maciza, de ley, que fortalece su posición en la temporada europea.
Mención especial merece el llamado que hizo a la presidenta Claudia Sheinbaum a través de los micrófonos de la cadena Telemadrid. Le pidió respetuosamente a la mandataria que contribuya en la preservación de nuestras tradiciones. Una de ellas, la taurina, viene siendo atacada cada vez con mayor fuerza desde la intolerancia y la desinformación.
A pesar del apéndice obtenido por Fonseca, la mala racha continúa porque están a punto de cumplirse 53 años sin que un diestro mexicano abra la puerta grande de Las Ventas. El más reciente en lograr esa hazaña fue el norteño Eloy Cavazos el 27 de mayo de 1972.
Todavía tienen oportunidad en este ciclo isidril Joselito Adame y Diego San Román, quienes harán el paseíllo en el coso titular del mundo en los próximos días.
