7.7 C
Tepic
viernes, agosto 1, 2025
InicioOpiniónVoluntad popular como forma para depurar el Poder Judicial

Voluntad popular como forma para depurar el Poder Judicial

Fecha:

spot_imgspot_img

Claudia Sheinbaum: Convicción democrática. Navarro Quintero: Reformar con resultados. Elección judicial: el avance y retos futuros.

El Gobernador de Nayarit Miguel Ángel Navarro Quintero se ha asegurado de que las elecciones en Nayarit se desarrollasen en calma, en tranquilas condiciones derivadas de una gobernabilidad democrática que da resultados. Hace falta conocer los resultados de la elección en cuanto a los nombres de las personas que se integrarán. Falta tener una idea clara de la forma en que se cumplen promesas en cuanto al ejercicio pleno de funciones de los nuevos funcionarios. Lo que puede quedar claro a los nayaritas, es que el titular del Ejecutivo ha garantizado plenamente un ejercicio democrático.

Los resultados de la elección judicial son alentadores. Esta es la primera vez que, en el plano federal, se elige a Ministros, a Magistrados y Jueces. Lo mismo ocurre en el caso del Poder Judicial en Nayarit. Hasta ahora, lo que se sabe es que la presencia de electores fue significativa y aceptable si consideramos el contexto en el que se ha desarrollado. En Nayarit, ese proceso se ha realizado en la más completa calma, sin la presencia de grupúsculos negativistas ni de grupos que conciben la violencia como forma de vida.

Los resultados en cuanto a los ganadores de la mayoría de votos todavía están por verse y más vale atenerse a los datos que difundan los organismos electorales. Lo que debe destacarse por ahora, es ese clima de paz, de tranquilidad democrática que ha prevalecido. Eso es lo que ha permitido que los nayaritas acudiesen a las urnas a manifestar su voluntad en este proceso que no tiene comparación.

Existen numerosas lecciones que deben ser atendidas en esta materia. La vertiente crítica es necesaria para estar en condiciones de lograr que los procesos sean cada vez mejor realizados. Reconocer regiones de vulnerabilidad es indispensable para que la voluntad de las personas se manifieste de forma cada vez más precisa. Los primeros pasos ya se han dado y los próximos episodios de esta historia deben ser cada vez mejores, más democráticos, más certeros en cuanto al reconocimiento de la voluntad popular.

Una de esas regiones en las que las cosas pueden mejorar, se relaciona con el acceso a mecanismos de financiamiento de los candidatos y de acceso a medios de comunicación qué, aunque están relacionados, no son lo mismo. Los aspirantes a ocupar cargos en la esfera del poder judicial en el estado y en plano federal, deberán en el futuro prepararse no solamente en cuanto a su formación profesional, sino en cuanto a su desempeño en la parte pública de sus vidas.

Hasta ahora y en el mejor de los casos, los candidatos a ocupar cargos públicos de importancia, solamente podían soñar con acceder a los mismos. El nepotismo, la endogamia, la corrupción, son las barreras a la entrada y a la renovación que parecían infranqueables. Ahora llegan a esos cargos otras personas y está por verse la forma en la que se desempeñarán.

Asimismo, es evidente que se requiere que las personas tengan acceso a información relativa a su desempeño personal para que los electores puedan juzgar y manifestarse en las urnas de manera más informada. Desempeño personal en cuanto al ejercicio de su profesión, no en relación con la conducta íntima.

Todo un vasto universo se revela ahora en materia de comunicación política para afrontar exitosamente los procesos electorales judiciales. Hasta ahora, son muchos los candidatos que nos han dado a conocer que estudiaron mucho, que poseen títulos de doctor expedidos (o expelidos) por universidades de rimbombantes centros educativos. La verdad es que de nada sirven esos documentos cuando de ejercer cargos de la importancia que revisten los que ahora han estado en disputa. A nadie le sirve un funcionario público que se escuda en un título de doctor, pero que resulta ser una pesadilla, una rata vil, a la hora de mostrar los valores de un juez, de una persona que debe dictar sentencias desde una perspectiva justa y legal a la vez.

Es ostensible que se han dado pasos para reformar el poder judicial. Solamente que debe quedar claro: la reforma al poder judicial no garantiza que lo que sustituye al pasado, será mejor en el futuro. Eso está por verse y veremos también como se puede reformar lo que se ha reformado y que se ha sujeto ahora a la manifestación de la voluntad popular. Esa voluntad popular necesita más elementos para que las personas, a la hora de votar, puedan tomar decisiones informadas en la medida de lo posible.

Hay mucho terreno para la crítica en este proceso. Lanzar las campanas al vuelo procede solamente contra posiciones cerradas que niegan todo avance y que declaran todo perdido desde antes de haberse iniciado la reforma. Los enemigos del cambio democrático fracasaron.

Como sea, en efecto, en Nayarit se ha sabido responder a tiempo para que el Poder Judicial empiece a reformarse mediante el voto del pueblo. La era callista ha concluido y parece que no volverá. Todos los avances se han logrado como consecuencia de la suma de dos voluntades. Primero, por la voluntad de la Presidenta Claudia Sheinbaum para que el Poder Judicial avance en su proceso de evolución democrática. Segundo, por la voluntad de un gobernador como el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero, que localmente ha sabido responder con altura de miras a un reclamo popular por un sistema de justicia que realmente actúe con prontitud, que sea expedito, que sea encabezado por hombres y mujeres con temple, con vocación democrática en favor de lo que es justo.

Hay mucho que hacer y eso lo saben la Presidenta Sheinbaum y el Gobernador Navarro. Ambos saben también que el mandato popular es claro y contundente. El pueblo de México, tal como podemos interpretarlo, ha otorgado a este proceso electoral un sí, pero un sí condicionado. La Presidenta y el Gobernador saben que se deberá avanzar en los años que siguen en esta materia, la de la democratización del Poder Judicial.

Más artículos