La construcción del nuevo estadio de fútbol en Tepic, que busca resarcir la ausencia del inmueble demolido en 2009 por el entonces gobernador Ney González, ha desatado una intensa polémica entre distintos sectores de la sociedad nayarita.
Para muchos aficionados al deporte, la noticia ha sido recibida con entusiasmo. La posibilidad de contar nuevamente con un estadio digno ha despertado el ánimo de quienes recuerdan con nostalgia los días de gloria del fútbol local, especialmente de quienes añoran la antigua casa de los Coras. “Es algo que nos debían desde hace años”, opinó un aficionado que acudió a presenciar el arranque simbólico de las obras.
Sin embargo, el proyecto ha generado una ola de críticas desde otros frentes. Artistas, académicos y activistas ambientales han alzado la voz en contra de lo que consideran una decisión que no fue consultada debidamente. La nueva obra implica la demolición de las instalaciones semiabandonadas de la llamada Ciudad de las Artes, un espacio cultural inconcluso. “Se está sacrificando un espacio de desarrollo cultural por un proyecto que no se discutió públicamente”, señalaron activistas.
A esto se suma el tema ambiental. Durante los primeros trabajos, han comenzado a retirarse árboles del terreno, lo que ha generado protestas por parte de organizaciones defensoras del medio ambiente. Si bien el gobierno estatal ha prometido la reubicación de los ejemplares y la implementación de un programa de compensación ecológica, los escépticos temen que se repita el patrón de otros proyectos donde las promesas no se cumplieron.
El gobernador Miguel Ángel Navarro ha defendido la iniciativa como un paso necesario para dotar a Tepic de infraestructura moderna y funcional. Aseguró que el nuevo estadio contemplará espacios para la cultura y áreas verdes. Un compromiso que se echó a cuestas desde su campaña política en 2021.
