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jueves, julio 31, 2025

¿Quiénes son?

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En todo momento han sido difíciles las definiciones. Tanto que hay corrientes de pensamiento que defienden que el camino más seguro es decir qué cosas no son aquello que se trata de definir.

En esa línea, para definir un perro primero hay que decir que no es un árbol, una piedra, una estrella. Y luego irse acercando para decir que no es un gato ni una hormiga. Al grado que podríamos pasar la vida entera para enumerar aquello que no es un perro.

En estos curiosos días que se celebró la libertad de expresión o de prensa o del periodismo (hace años que dejé de pensar en ello) ha vuelto el jaloneo para definir quiénes “sí son periodistas” y “quiénes no”. Si los que viven de ello, si los que reportean, si los que corrigen, si los que escriben con corrección, si los que escriben a mano, si los de medios impresos, si los de radio, si los de televisión, si los de redes sociales, si los que salen a la calle y sudan la gota gorda, si los que están en cabina, si los que imprimen, si los operadores de audio, si los camarógrafos, si los editores, si los que se roban las declaraciones recogidas por otros, si los diseñadores gráficos, si los propietarios o accionistas de los medios, si los redactores de oficinas de prensa, si los fotógrafos, si los columnistas, si los articulistas, si los campeones de la mala ortografía, si los que lanzan alabanzas, si los que ofenden, si los que humillan, si los que juzgan.

Amigos ambos, reproduzco dos textos que leí en las redes sociales:

“Qué curiosos se me hacen los que en su crecido EGO, confunden periodistas con reporteros, asegurando que sólo quien “anda en la calle cubriendo eventos” merece ser llamado así. Ignoran o se les olvida que existen fotógrafos, conductores de noticias, redactores, columnistas, corresponsales, analistas y hasta periodistas digitales, entre otros más. El periodismo involucra un gran número de actividades y para hacerlas se requiere CONOCIMIENTO Y PREPARACIÓN. Hay que reconocer a quien lo hace bien pues no cualquiera sabe escribir, expresarse al aire o registrar en imágenes la noticia cotidiana. Y algunos son tan buenos que tienen capacidad para desempeñarse en varios géneros periodísticos. Es ridículo tratar de apropiarse de un gremio, actuando como niños berrinchudos diciendo: “sólo yo, sólo yo, sólo yo”. Ahora resulta que tenemos en el gremio, jueces que nos van a decir quién es periodista y quién no… Controlen su soberbia.” René Ruiz

“Por mucho tiempo pensé que decir la verdad era un acto de valentía. Que quien no la soportara, simplemente no estaba listo para enfrentarla. Decía lo que pensaba, sin filtro, sin tacto… creyendo que era lo correcto. Que estaba “ayudando” a los demás a abrir los ojos. /Lastimé a personas que quiero y algunas se alejaron. Y no entendía por qué. /Con el tiempo —y los golpes de la vida— entendí que no toda verdad necesita ser dicha por mí, ni en todo momento, ni de cualquier manera. Que no soy nadie para hacer entrar en razón a los demás. Que no soy juez de lo que otros deben ver, pensar o sentir. Que expresarse con libertad también implica saber cuándo callar, cómo hablar, y sobre todo: desde dónde hablar. /Hoy celebro la libertad de expresión no como el poder de decir lo que quiera, sino como la responsabilidad de hacerlo con empatía.”  Katty de la Barrera.

No sé si somos periodistas todos o sólo algunos de los que hacemos posible un periódico. En Meridiano trabajamos más de 50 personas, en un eslabón que va desde el que recoge la información, le da forma, la diseña, la imprime y la distribuye. Cada quien hace su parte. Nuestra tarea es harto modesta: ver, escuchar, organizar esa información del entorno y compartirla. No somos jueces. Pero tratamos de hacer alguna interpretación de lo que vemos y escuchamos para proponerla a nuestros lectores.

Trabajamos para interesar a los consumidores de información. Sólo eso. Y la empresa se empeña en seguir siendo rentable para cubrir sueldos, prestaciones e impuestos.

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