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viernes, agosto 1, 2025
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¿Cómo se forma un rescatista?

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“Ya tenemos aquí una psicóloga en la Cruz Roja que nos está ayudando a sacar todo ese tipo de... de ver tantas cosas”, reflexiona el operador de ambulancias

Miguel Ángel Ceceña no decidió un día cualquiera ser rescatista. Su vocación nació desde niño, cada vez que escuchaba una ambulancia. “Desde que yo oía las ambulancias, desde que era chico, sentía esa pasión y aquí estoy”, relata. Hoy, casi cuatro décadas después, sigue al volante de una unidad de la Cruz Roja Mexicana y afirma que lo volvería a elegir.

En su labor como operador de ambulancias ha atendido accidentes, emergencias médicas e inundaciones. Pero detrás de cada salida hay un componente que pocas veces se menciona: la carga emocional. “Entra uno como quien dice en blanco, a veces, y eso sí hace que se estrese uno, porque sí le afecta a uno, día a día, ve muchísimas cosas y son diferentes, nunca van a ser iguales”, cuenta.

Miguel Ángel reconoce que, durante años, trabajaron sin apoyo psicológico. Hoy, gracias a una nueva política institucional, cuentan con una profesional que los ayuda a procesar lo vivido. “Ya tenemos aquí una psicóloga en la Cruz Roja que nos está ayudando a sacar todo ese tipo de… de ver tantas cosas. Mucha gente piensa que ya no sentimos nosotros al ayudar a alguien, o dependiendo en la situación que esté, pero sí nos hacemos un poquito fríos para poder ayudarlos. Si nos ponemos con ellos a meternos en el dolor de ellos, no podríamos ayudar”.

El momento más difícil de su trayectoria ocurrió en el terremoto de 1985, en la Ciudad de México. Miguel Ángel estuvo allí, junto con otros socorristas veteranos. “Mi reto más fuerte fue estar en México, en el ‘85. Allá estuvimos varios muchachos veteranos, que tal vez el 24 de junio que se acerca, que es el Día del Socorrista, tal vez vengan ellos también”.

A pesar de todo lo vivido, lo que le sigue dando sentido es la posibilidad de salvar una vida. “Lo más agradable es llegar a los accidentes y todo eso, el mantener viva a la persona o ayudarla, es más reconfortable para uno y saber que la persona va a estar bien y está bien, que no pasa nada, cuando llegamos al lugar”.

Cada 24 de junio se celebra el Día del Socorrista. Para Miguel Ángel es más que una fecha simbólica. Representa el reencuentro con compañeros, la memoria compartida y el recordatorio de que aún queda camino por recorrer. Espera seguir en activo algunos años más, mientras el ulular de la sirena siga llamándolo.

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