El título de estas “palabras” proviene del subtítulo ―los subtítulos suelen tener una relevancia mayor que los títulos mismos― de un libro de Raúl Fornet-Betancourt [uno de los iniciadores de la denominada Filosofía intercultural, ese modo de filosofar que tiene como intuición fundamental la limitación del carácter monocultural presente en las grandes tradiciones filosóficas]: “Mujer y filosofía en el pensamiento Iberoamericano”al que llegué, hacia el final de un curso semestral en el Seminario Diocesano de Tepic “Ideas en América” a través del capítulo que la “Guía Comares de Filosofía Latinoamericana” dedica al Pensamiento filosófica feminista y que, al no encontrarlo en formato digital, “me vi obligado” a adquirir en formato impreso.
A pesar de que el autor es un varón que se reconoce “sospechoso” por ese hecho, su obra ―a pesar de su inevitable carácter introductorio― ofrece un panorama amplio de esa “relación difícil” Mujer-Filosofía, particularmente, a partir de la introducción de los positivismos en los países de América Latina que habían alcanzado su independencia y que, después de tensiones fratricidas, buscaban ―por decirlo con palabras de uno de sus principales exponentes, Augusto Comte― “orden y progreso” y superar, de manera definitiva, el que se podría denominar “espíritu colonial” que había dejado una profunda huella en sus habitantes…
La obra está dividida en tres capítulos: el primero de ellos, dedicado a cuestiones preliminares; el segundo, a la presentación de algunos momentos clave de esa “relación difícil” y, el tercero ―desde la convicción de que “pudo y debió haber sido de otra manera”―, a la presentación de algunas precursoras de la filosofía feminista latinoamericana y a la “reversión apropiante de la historia del pensamiento iberoamericano” por parte de las mujeres.
Tal vez, esa división temática que hace Fornet-Betancourt se podría modificar para dejar más en claro la estructura de ese libro ―surgido de una ponencia que presentó en el “XV Seminario de Historia de la Filosofía Española e Iberoamericana” celebrado en Salamanca en 2006 bajo el título “Mujer y filosofía en el pensamiento iberoamericano”― en el que el autor pretende contribuir, desde el punto de vista de la relación Mujer-Filosofía y Filosofía-Mujer, a la reconstrucción histórica del ejercicio de la filosofía y a la tarea de cambiar el rumbo y el carácter de la filosofía en América Latina. En este caso concreto, a la superación de la orientación androcéntrica, al fortalecimiento del protagonismo intelectual de las mujeres y a la generación de un filosofar en que las mujeres tengan un protagonismo simétrico.
Esa división alternativa tendría un momento crítico deconstructivo ―el capítulo 2―; un momento crítico reconstructivo ―la sección del capítulo 3 dedicada a la presentación de “las precursoras” y un momento creativo-constructivo: las secciones del capítulo 3 dedicadas a 10 representantes de la Filosofía feminista iberoamericana y a otras mujeres representantes del protagonismo filosófico en el subcontinente.
En ese “momentum” que he denominado “crítico-constructivo”, Fornet-Betancourt “somete a juicio” el pensamiento de filósofos latinoamericanos relevantes: Juan Enrique Lagarrigue, Fausto Domingo Sarmiento, José Ingenieros, Jose Martí, Carlos Vaz Ferreira, Francisco Romero y de filósofos pertenecientes a las cuatro generaciones del siglo XX de acuerdo con la periodización propuesta por Francisco Miró Quesada, entre los que se encuentran los mexicanos Antonio Caso, José Vasconcelos, Samuel Ramos y Leopoldo Zea, así como filósofos de la liberación como Horacio Cerutti, Juan Carlos Scannone, Arturo Andrés Roig e Ignacio Ellacuría.
En todos ellos nuestro autor encuentra un denominador común: el carácter androcéntrico de su pensamiento el cual se puede considerar como un “monólogo masculino” al que, obviamente, las mujeres no tienen acceso.
Sin embargo, subraya Fornet “pudo y debió haber sido de otra manera y, explorando “en el archivo de la historia del pensamiento” encuentra cuatro precursoras de la filosofía feminista iberoamericana: Sor Juana Inés de la Cruz, Flora Tristán, Gertrudis Gómez de Avellaneda y Clorinda Matto de Turner. A ellas dedica esa primera sección del capítulo 3 al que he denominado crítico-reconstructiva.
La siguiente sección ―esa que he denominado creativo-constructiva― es, probablemente, la más importante del libro, ya que en ella Fornet-Betancourt ofrece una brevísima historia de la génesis y desarrollo del pensamiento filosófico iberoamericano a través de la exploración de la influencia del marxismo y del anarquismo en el surgimiento de la filosofía feminista en Nuestra América y de algunas obras de una decena de mujeres filósofas feministas iberoamericanas, encabezadas por las mexicanas Rosario Castellanos y Graciela Hierro.
Antes de concluir su obra, reconociendo que la filosofía feminista latinoamericana ―salvo en el caso de las dos mexicanas acabadas de mencionar― no habría surgido sin su labor filosófica, el autor “pasa revista” a una serie de filósofas que sin haber hecho filosofía feminista y sin haberse adherido al movimiento filosófico feminista contribuyeron a hacerla y hacerlo posible. Entre ellas se puede mencionar a María Luisa Rivara de Tuesta, Dina Picotti, Fernanda Navarro y Carmen Bohórquez.
Fornet-Betancourt, concluye su libro con la sugerencia de algunas posibles tareas por realizar para la filosofía feminista iberoamericana.
La primera de ellas inspirada en el pensamiento de Eugenio María de Hostos: “aceptar la capacidad de la mujer para rehacer la historia de la filosofía; resignificar todos los problemas filosóficos; crear nuevas posibilidades de filosofar y trazar una nueva cartografía de la experiencia filosófica y sus articulaciones discursivas”; la segunda, en José Martí: “reconstruir desde la experiencia de las mujeres la integridad del sujeto humano como condición indispensable para asegurar un desarrollo y un uso de la razón que no mutilen ninguna dimensión humana” y, la tercera, en Francisco Romero: “la reestructuración de la enseñanza y de la investigación de acuerdo con esos caminos que abre la experiencia filosófica de las mujeres”.
Concluye el libro con una amplia bibliografía que abarca dieciocho páginas con obras y artículos relacionados con el tema de esa difícil relación Filosofía-Mujer, Mujer-Filosofía…