Entre enero y mayo de 2025 se han registrado en Nayarit 759 denuncias por violencia familiar, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Eso equivale a más de cinco casos al día. En la mayoría, la víctima es una mujer. El agresor, casi siempre, es alguien del entorno inmediato: una pareja, un padre, un hijo, un cuñado.
La violencia familiar, según la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, incluye no sólo golpes, sino también amenazas, humillaciones, agresiones verbales, control económico, abandono o privación de alimentos. No siempre deja marcas visibles, pero sus consecuencias afectan la salud física, emocional y económica de quienes la sufren.
En el mismo periodo, se reportaron 217 delitos contra la libertad y la seguridad sexual, como hostigamiento y abuso. También hubo 363 denuncias por incumplimiento de obligaciones de asistencia familiar, como el no pago de pensión alimenticia, y siete casos de corrupción de menores. Todos estos delitos afectan principalmente a mujeres y niñas.
Si bien Nayarit no es de los estados con mayores cifras a nivel nacional, los registros muestran una violencia persistente, sostenida y, en muchos casos, no denunciada. El problema entraña la repetición sistemática, la impunidad y la falta de atención oportuna.
En los primeros cinco meses del año también se registraron siete feminicidios: uno en enero y seis en marzo. El feminicidio es un delito que consiste en asesinar a una mujer por razones de género. La ley considera este crimen cuando existen antecedentes de violencia, amenazas, abuso sexual, incomunicación o exposición del cuerpo en espacios públicos. Es, casi siempre, el resultado extremo de una cadena de agresiones no atendidas.
La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres ha señalado que estas agresiones siguen una lógica progresiva. Comienzan con el control emocional o económico, pasan por el maltrato psicológico o físico, y pueden derivar en el asesinato si no hay intervención.
México cuenta con herramientas jurídicas como órdenes de protección y refugios temporales, pero no siempre se activan con la rapidez necesaria. Algunas mujeres no denuncian por miedo, otras lo hacen y no reciben respuesta institucional.
El 25 de cada mes se conmemora el Día Naranja, impulsado por la ONU, como recordatorio para prevenir la violencia contra mujeres y niñas.