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miércoles, julio 30, 2025
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“¡Trae piedras el borracho!”: Mitotito del Barrio de Acayapan en 1895

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Entre lavanderas, un héroe con soguilla y un policía que se peló, esta historia rescatada del semanario El Tepiqueño pinta el retrato más jocoso del barrio

Un lunes cualquiera de 1895, el barrio de Acayapan vivió un episodio digno de sainete. Así lo documentó el semanario El Tepiqueño el 4 de mayo de aquel año, cuando la rutina de las lavanderas en el manantial conocido como El Sacristán fue interrumpida por un personaje tan común como escandaloso: un borrachín con más vino que juicio.

Poseído (según los cronistas) por Baco, el dios del vino y del relajo, este personaje se presentó como tormenta sobre el jabón. Con piedras en mano, paso errático y amenazas entre dientes, hizo correr a las mujeres del lavadero, mujeres de manos curtidas, espalda firme y lengua afilada.

Todo parecía perdido, hasta que, como en las mejores historias, emergió un héroe inesperado. A lomos de un caballo más cansado que valiente, intentó lazar al agresor con una soguilla… pero la prudencia (o el miedo) fue más fuerte, y decidió mejor avisar “a los de la macana”.

Corrió entonces, como quien lleva el último chisme del barrio:

¡Trae piedras el borracho!, avisó al policía.

Y como si le hubieran anunciado una lluvia de plomo, el agente respondió con entereza:

¡Entonces voy a buscar un compañero!

Y se peló. Sin decir adiós, sin voltear, sin honra.

Las lavanderas, esas cronistas involuntarias del acontecer popular, soltaron entonces la frase que lo resumió todo: “Lo que les faltó a las torrejas… le faltó a ese polizón.” Una joya verbal que, traducida al castellano sin adornos, sería: “Le faltaron huevos.”

Esa tarde no sólo se lavó ropa en El Sacristán. Se enjuagaron también el miedo, el honor, la valentía (o su ausencia) y se colgó al sol una anécdota que, hasta hoy, sigue sacando sonrisas.

Porque cada barrio tiene su eco, su piedra, su borrachín… y su héroe con soguilla. ¿Y tú? ¿Qué historia se cuenta en el “lavadero” de tu colonia? La memoria del barrio se alimenta de relatos como este.

Nota: El Sacristán, ubicado en el barrio de Acayapan fue construido por oficiales del 27 Batallón, según registra el semanario El Tepiqueño un 27 de abril de 1895.

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