La vicepresidenta de la asociación civil Cora de Corazón, Ana Teresa Nava Montero, ha alertado sobre la crítica necesidad de mejorar las vías de comunicación en la zona serrana de Nayarit. El objetivo es asegurar el acceso oportuno a servicios médicos esenciales, especialmente para atender emergencias por picaduras de alacrán, que representan un riesgo significativo para la vida de los habitantes, particularmente niñas y niños.
En entrevista, Nava Montero señaló que existen comunidades tan alejadas de las clínicas de salud que, en muchas ocasiones, médicos y enfermeras no pueden llegar a tiempo para aplicar el antídoto necesario. “Es fundamental que se mejoren los caminos rurales, porque muchas veces las condiciones del terreno impiden brindar atención médica oportuna, y eso pone en riesgo la vida de los habitantes, sobre todo de niñas y niños”, explicó la activista. La orografía compleja y la falta de infraestructura vial adecuada convierten trayectos cortos en horas de viaje, lo que puede ser fatal en situaciones de emergencia.
Ante esta situación, la activista informó que, en algunas de las zonas más remotas, el personal médico ha capacitado a habitantes locales para que puedan aplicar el suero anti-alacrán en casos de emergencia. Sin embargo, resaltó que esta medida aún es insuficiente. “Hay comunidades que no cuentan con el suero porque están demasiado alejadas de las cabeceras municipales. Es urgente que se envíen más dosis a estas regiones. Este antídoto puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para muchas personas indígenas que viven en la Sierra de Nayarit”, recalcó.
Picaduras de alacrán en Nayarit: un riesgo latente
Nayarit es uno de los estados con mayor incidencia de picaduras de alacrán en México, una problemática de salud pública que se agudiza en las zonas rurales y serranas. La especie más peligrosa presente en la región es el Centruroides noxius, cuyo veneno neurotóxico puede ser mortal si no se trata a tiempo, especialmente en poblaciones vulnerables como niños pequeños y adultos mayores. Los síntomas de una picadura pueden variar desde dolor intenso y entumecimiento hasta taquicardia, dificultad respiratoria, convulsiones y, en los casos más graves, paro cardíaco. La disponibilidad y aplicación temprana del suero antialacránico son cruciales para neutralizar el veneno y salvar vidas.