El arquitecto Carlos Francisco García Jiménez narra que hasta hace unos años tenía una perspectiva de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) muy diferente a la actual:
“La primera, era la de una Universidad con una crisis financiera, con cientos o miles de aviadores en la nómina, con un conflicto laboral a finales de año por falta del pago de aguinaldo y otras prestaciones, inclusive de quincenas. Era algo recurrente que además influía en la economía de la ciudad.”
Sin embargo, agrega, su perspectiva cambió a partir de que el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero lo propuso en una terna para presidir el Patronato que administra el impuesto especial del 15 por ciento a favor de la Universidad, siendo designado por el Congreso del Estado:
“Es ahí donde empiezo a conocer a la Universidad desde adentro.”
En aquel momento estaba por iniciar el proceso al interior de la UAN mediante el cual fue electa la rectora Norma Liliana Galván Meza, en lugar de Jorge Ignacio Peña González:
“Empezamos trabajando con la administración anterior, con una dinámica totalmente diferente; fuimos documentando muchas cosas que se tenían que hacer. El Patronato antes ejercía un presupuesto de alrededor de 120 millones de pesos, mientras que en el 2024 fue de 167 millones.
“Se realizaban cuatro proyectos de infraestructura al año. La ley nos marca siete rubros, antes eran ocho, pero se hizo una modificación para pagar una deuda de la Universidad con Banorte, que ya se cumplió, aunque tuvimos que destinar el 75 por ciento para el pago de esa deuda y el 25 por ciento para los demás rubros.”
Lo anterior se produjo en el 2022 y parte del 2023, hasta que se cumplió el pago, disponiéndose a partir de entonces con el 100 por ciento del impuesto.
“Entonces vemos esta oportunidad que tiene el Patronato de ser un pilar aún más fuerte al interior de la Universidad. Analizamos las carencias que había de infraestructura, mantenimiento, pero también de programas como becas. Recuerdo que tuve una entrevista con el gobernador, le comenté el problema que teníamos con un edificio a punto de colapsar en la Preparatoria número 1, no estaba en uso, pero representaba un riesgo y bueno, pues adelante, hay que hacerlo. Fue la primera obra de gran dimensión que empezamos a hacer en mi administración.
“Al paso de los meses buscamos ser más proactivos, incluso para que la sociedad se entere en qué se está invirtiendo el impuesto especial que aporta, donde hay una comunidad de cerca de 28 mil estudiantes.”
– ¿Cómo es ahora su percepción sobre la Universidad? –se le pregunta esta mañana de miércoles 23, en la oficina del Patronato en la colonia San Antonio-.
– En enero cumplo cuatro años de estar al frente del Patronato, y a casi cuatro años mi percepción de la Universidad es totalmente diferente. La rectora me dice que tengo la camiseta bien puesta por la Universidad y la verdad es que sí, me siento un universitario más aunque no soy egresado de ahí, pero siento que la labor del Patronato es muy noble, pero más que noble le ayuda mucho a la Universidad, tiene una función vital.
“Hoy estamos atravesando por una transformación en la parte orgánica y administrativa de la Universidad, porque se está viendo el compromiso de la rectora para acabar con malas prácticas en temas de aviadores, o en el proyecto de checadores biométricos que veo están funcionando.
“Se está viendo también una reestructura muy importante en el tema administrativo, por ejemplo de que todos los pagos sean digitales, donde antes podía haber una fuga importante de recursos. Además, un control muy estricto en las admisiones, cuando antes era un secreto a voces que los lugares de admisión hasta se vendían. Todo, todo, todo eso está contribuyendo a tener una mejor Universidad.”
– Soy honesto –abunda sobre la buena relación con la rectora Galván Meza-, nos hemos integrado muy bien, hemos sido un complemento en el trabajo, pero sobre todo la disposición de que como Patronato podamos contribuir de manera ordenada en los proyectos, eso es lo que más nos ha ayudado.
“Hay muchas necesidades en la cuestión de la infraestructura. Nos falta mucho por hacer, pero vamos avanzando. Este año van a ser casi 40 proyectos, cuando en 2021 existían cuatro. En 2022 realizamos alrededor de 12 con toda esa limitante por el pago de la deuda. Y ya en 2023 nos fuimos a cerca de 25 proyectos.”
De esos cerca de 40 proyectos destacan, por ejemplo, “la construcción de 10 domos, sobre todo en las unidades académicas que están en la costa y el norte del estado, donde el clima es extremo. La preparatoria número 3 de Acaponeta, la 2 de Santiago Ixcuintla, la de Ruiz, la Unidad Académica del Norte en Acaponeta, la preparatoria de Tecuala. El año pasado se entregó el domo de Tuxpan y Compostela. San Blas ya tenía domo y la Unidad Académica de Bahía de Banderas. Villa Hidalgo tenía pero ya estaba en mal estado y ahora se está rehabilitando. También se está trabajando en la preparatoria de Bahía de Banderas, en curso las de Ahuacatlán e Ixtlán del Río, además de Ingeniería Pesquera.”
En los últimos tiempos, con recursos del Patronato se anunció un ambicioso proyecto de instalación de paneles solares que ahora va en la segunda de cuatro etapas y que busca una disminución del 100 por ciento en pago de electricidad.
García Jiménez revela un dato: tan sólo en el campus central la UAN en Tepic, en los meses de mayor calor y demanda de luz la Universidad pagaba entre un millón 400 mil pesos hasta un millón 600 mil mensuales.
Ahora ya se va en la segunda etapa y con la seguridad de que en el futuro el pago será simbólico:
“No sólo es la instalación de los paneles, sino la mejora en la red eléctrica de la Universidad, que ya tenía muchos años. Se trabajó también en un proyecto de iluminación. Lo que en las noches era una ‘boca de lobos’ literalmente, hoy se ve iluminado.”
Los paneles ya han sido instalados también en la Unidad Académica de Bahía de Banderas, en la Preparatoria 2 de Santiago Ixcuintla. En la Unidad Académica del Norte, en Acaponeta, fue el proyecto piloto de la UAN, pero un huracán destrozó el sistema, aunque ya se reinstaló y hoy se pagan montos mínimos como 150 pesos.
“Una de las prioridades del Patronato y de la administración, es que la Universidad pueda tener ahorros considerables en este caso en el uso de energía, pero que también pueda generar ingresos propios, porque es una de las cosas de que adolece la Universidad.
“Hoy que la UAN ya hizo una reestructura en su Ley Orgánica, donde se crea la dirección de Entidades Productivas, puede ser un buen acierto que se administren de mejor manera esos espacios que son rentables. Están ahí, son patrimonio de la Universidad, por ejemplo las cafeterías, donde antes no eran claros los contratos. La reestructuración permite que todo lo que se cobre, constancias, certificaciones, todos los trámites, entran a cuentas de la Universidad, no de unidades académicas.
“Ahorita estamos trabajando el proyecto del comedor universitario, un espacio muy importante que va generar ingresos a la Universidad. Que no nos asuste que la Universidad tenga ingresos propios, porque aunque es una Universidad pública, tiene que tener ingresos. Lo vemos en la Universidad Guadalajara que tiene una infraestructura impresionante y también ingresos impresionantes, donde hay museos, el auditorio TELMEX, cafeterías, o la Universidad de Hidalgo que cuenta con un hotel, restaurantes.
“Yo estoy de acuerdo que la Universidad no debe ser una competencia de empresas, pero sí un facilitador para que le llegue inversión, ingresos propios.”
– ¿Usted, como presidente del Patronato tiene un sueño?, ¿algo en especial que quisiera hacer en la Universidad durante su gestión?
– Yo creo que sueños tenemos muchos. Una persona sin sueños a lo mejor no disfruta vivir. Mi sueño más grande es dejar en el Patronato y en la Universidad una gestión con huella, el estar siempre comprometido. El gobernador Miguel Ángel Navarro me invitó a trabajar al Patronato. Para mi es un sueño, no es un ego decir: ‘pude trabajar por la Universidad’. Yo le agradezco muchísimo al doctor Navarro que me ha dado la libertad de trabajar, por lo que he podido proponer, hacer, y eso es invaluable.
Aunque el cargo del arquitecto Carlos Francisco García termina en enero del 2026, comenta que si el gobernador decide proponerlo para ser ratificado por el Congreso del Estado, con gusto lo aceptaría, aunque también precisa que está preparado para su cierre de gestión.
Insiste que es muy importante que la ciudadanía conozca en qué se invierte este impuesto especial a favor de la UAN, pero también las instituciones correspondientes que lo recaudan y deben remitirlo sin demora.
El entrevistado abunda que con recursos que administra el Patronato se han rehabilitado pozos de agua, levantado bardas de unidades académicas, acondicionado estacionamientos, compra de equipo de computación, de aires acondicionados, mobiliario, o mejoría en la red de Internet.
Sobre el tema de becas, García Jiménez precisa que los trámites se efectúan a través de la UAN, aunque el Patronato busca apoyar, por ejemplo, a los talentos deportivos:
“Se financia la asistencia a torneos universitarios, con incentivos a deportistas. En el 2023 se hizo una inversión de material deportivo. Con recursos del Patronato también se financian proyectos de investigación, becas a investigadores o a estudiantes como en el caso del Programa Delfín, que es uno de los más importantes y está por tener su 30 aniversario; la UAN tiene 26 años siendo sede y es de reconocerse.
“También aportamos para becar estudiantes y puedan ir a hacer algún verano de investigación a diferentes partes del país o incluso al extranjero. Sí, a veces son limitados los recursos en esas becas, pero tenemos que cubrir la mayor cantidad posible.
“Se beca a estudiantes que van a concursos de conocimientos, olimpiadas, y también cubrimos parte de las certificaciones de las unidades académicas.”
– En estos cerca de cuatro años al frente del Patronato, ¿algún momento especial que le haya motivado?
– Lo que más me emociona es ver cuando algún estudiante o uno de sus familiares reconoce el trabajo que estamos haciendo. Por ejemplo, cuando fuimos a entregar el domo de la preparatoria de Tuxpan se me acercó un muchacho y me dio las gracias: ‘no sabe la necesidad que teníamos de este domo. Estamos aquí a treinta y tantos grados de temperatura y era imposible hacer deporte’.
“En Acaponeta una estudiante también se me acercó para darme las gracias por todas las mejoras que ha llevado la Universidad. Eso es muy motivante. Es señal de que estamos haciendo bien las cosas.
“O en el Programa Delfín, cuando oye uno hablar a los papás, que dicen que por sus propios medios no hubieran podido mandar a mis hijos a otro estado.
“Soy muy honesto. Si no hubiera este cambio al interior de la Universidad por parte de la rectora y su equipo, en su manera de trabajar, en su estructura, disciplina financiera-administrativa, no estaría tan motivado como estoy. Que puede haber fallas, no lo dudo, pero la verdad es que son mínimas en comparación a como se venían haciendo las cosas.”
La inversión de los recursos que administra el Patronato es tal, que ahora mismo se trabaja en un cambio en un centro de datos de la Universidad, pero también en algo que va identificando a la casa de estudios: sus bien cuidados jardines.
“Cuando entró la administración de la rectora casi no había equipo para jardinería, se tenían tres podadoras, una motosierra chiquita. Hicimos un proyecto grande y se compró un buen equipo: motosierras para contingencias, motosierras telescópicas para cortar árboles, tractores, podadoras, sopladoras. En cuanto llegó el equipo empezó una transformación en las áreas verdes de la Universidad. Eso también se ve.”
* Esta entrevista es publicada con autorización de su autor. Oscar Verdín Camacho publica sus notas en www.relatosnayarit.com