A diario vemos noticias que nos sorprenden, algunas por los hechos de bondad relatados en ellas, y otras por los hechos de bondad ahí detallados, otras por los hechos de ingenuidad que nos quieren hacer tragar, pero siempre habrá una nota informativa que nos sorprenda.
Por ejemplo ayer leí que un evento realizado en el barrio de Kilakán, en Calkiní, en el estado de Campeche, ha generado una ola de indignación en redes sociales y entre organizaciones defensoras de los derechos de los animales, luego de que salieran a la luz imágenes de una práctica sumamente violenta que consiste en lo siguiente: rellenar piñatas con animales silvestres vivos para que, al romperse la piñata, los asistentes —incluidos niños— los persigan y los maten a golpes, especialmente a garrotazos.
Una práctica verdaderamente salvaje, cobarde y atentatoria contra la vida silvestre sin lugar a dudas, pero sigamos.
Los videos muestran cómo las vasijas de barro, suspendidas como piñatas, contienen iguanas, serpientes y hasta zorros vivos. Al romperse las piñatas, los animales que están dentro de las vasijas, caen desorientados al suelo mientras los asistentes, muchos de ellos menores de edad, corren detrás de ellos para patearlos o golpearlos con palos hasta dejarlos muertos.
La Fiscalía Especializada en Delitos contra Animales, Ambiente y Ecosistemas, encabezada por Alexandro Brown, ya abrió una investigación formal, pero sorpréndase más todavía, sucede que esta fiesta que consiste en matar indefensos animales a garrotazos, contaba con permiso del gobierno municipal, por lo que también se analiza la responsabilidad de los funcionarios que autorizaron este acto considerado de brutalidad, pero aquí viene lo importante, dicen los que hacen esta barbaridad, los que hacen piñatas llenas de animales vivos para luego que se quiebra la piñata perseguirlos y matarlos, que esta es una tradición local, que es parte de la cultura heredada por sus ancestros, y que por lo tanto, se tiene que seguir haciendo.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) colabora en el proceso legal tanto contra los organizadores como contra las autoridades que avalaron la actividad. El maltrato animal está tipificado como delito en Campeche, y las autoridades recordaron que ninguna costumbre cultural puede estar por encima de la ley.
Las imágenes han generado una fuerte condena en redes sociales, especialmente por el hecho de que niños participan activamente en los actos de violencia, lo que refuerza prácticas de crueldad y desensibilización hacia otras formas de vida.
Organizaciones y ciudadanos exigen justicia, sanciones ejemplares y un cambio urgente en las prácticas que se siguen justificando en nombre de la cultura.
Pues como ya antes lo había comentado, eso de que, en nombre de las tradiciones, o en nombre de no cortar las costumbres de las viejas culturas especialmente las que realizan algunas etnias, se permita realizar acciones que van en contra del buen vivir, de la sana convivencia, de la civilización, ha sido el gran desacierto social.
Y esto lo digo porque en nuestro estado, también hay ciertas costumbres y tradiciones de las etnias que tanto cuidamos, que van en total detrimento de la dignidad humana, tan solo por citar un ejemplo, puedo traer a tema el hecho de que en algunas etnias se permite que el padre de una hija, incluso menor de edad, la venda o entregue a cualquier hombre, a cambio de cargas de maíz, de animales de carga, como burros, caballos, mulas, y en algunos casos a cambio de dinero.
Salvaje costumbre pues, que claro que es obligado erradicar en forma urgente.
Volviendo al caso principal que nos trajo a este tema, me resulta un tanto difícil de creer que matar animales de la fauna silvestre, sea una diversión en la que participan familias y comunidades enteras, pues no se presume tanto que el amor por la vida y conservación de los animales, a los que algunas tribus incluso consideran sus hermanos, es un ejemplo a seguir; con prácticas como esta, estos grupos quedan a la par de los cazadores furtivos que matan animales por el puro placer de matarlos, sin ningún beneficio real…a lo mejor es hora de darle una buena revisada a las tradiciones y costumbres de grupos considerados de respeto por su origen…hasta mañana