El conjunto de variables económicas sigue gravitando en Tepic, pero de 2018 a 2023 hubo movimientos significativos, como lo muestra la nota de portada de la edición de inicio de semana de Meridiano.
Según los Censos Económicos 2024 del INEGI, en 2023 la aportación al valor agregado censal bruto de Tepic y Bahía de Banderas al estado rebasa el 70 por ciento. Sin embargo, en sólo cinco años el primero retrocedió y el segundo creció hasta dejarlos prácticamente empatados. Lo más probable es que esa tendencia continúe.
Con una historia centenaria en la que todos los poderes del actual estado de Nayarit se concentraban en Tepic, la nueva dinámica traerá modificaciones políticas.
Quienes aspiraban a la candidatura a gobernador desplegaban su trabajo en Tepic o en la Ciudad de México. Así, los adversarios a vencer estaban en la capital del estado o en la del país, nunca entre los 19 alcaldes restantes.
Algunas mediciones recientes colocan al presidente de Bahía de Banderas con posibilidades de competir por la gubernatura. Más allá de la confiabilidad de las casas encuestadoras o de sus posibilidades reales, la dinámica económica del municipio será un activo que le sumará, o que sus aliados harán sumar.
Es poco serio atribuir la variación en la aportación al valor agregado estatal bruto al desempeño de los alcaldes recientes o actuales (en el caso de Tepic). Ni unos ni otros han sido responsables de políticas públicas que expliquen su crecimiento o caída, principalmente porque no está dentro de su competencia ni de su esfera de acción. Sin embargo, es común que los actores políticos se atribuyan éxitos ajenos y culpen a otros de sus fallas.
Una economía más fuerte en un municipio y el desempeño en ese contexto suman; lo contrario, resta.
En el contexto nacional e internacional, Bahía de Banderas es el municipio con mayor atractivo para el turismo y la inversión. Para esas actividades, Bahía, no Tepic.
Los poderes políticos y económicos centrales decidirán de facto las candidaturas a gobernador del estado el próximo año. No es extraño que el peso económico de Bahía de Banderas le sume puntos al alcalde, siempre que otros factores no frenen sus aspiraciones.
A la alcaldesa, la caída quinquenal no le afectará, porque no será tan pronunciada como para generar una crisis económica mayor que la del conjunto del estado u otras ciudades similares. Deberá cuidar otros aspectos conocidos, que en estas fechas afectan a sus compañeros de partido: los viajes y los lujos, que en sí mismos no son negativos, pero que han sido usados por la narrativa cuatroté para etiquetar a quienes los disfrutan como parte de las élites y adversarios políticos.
En términos de proyección electoral, la redistribución del peso económico entre los municipios redefine el mapa de influencia. El candidato que logre vincular su agenda a este nuevo escenario tendrá ventaja en la narrativa pública y en la negociación política interna.
Además, la información censal deja claro que la economía regional ya no depende de un solo centro, lo que obliga a replantear estrategias de desarrollo y a considerar políticas diferenciadas que respondan a realidades locales muy distintas. Esta será, probablemente, una de las discusiones de fondo en la próxima contienda, entre muchas otras cada vez más complejas.
Este dato técnico censal sirve para ajustar el análisis de dos actores que aspiran a gobernar el estado en un nuevo escenario político y económico.