Los menores de edad han saltado a las notas rojas como víctimas. Tres casos me han llamado la atención. En lo que ocupa a Nayarit el de la pequeña Brigitte, quien a sus 14 años, luego de un fuerte accidente vehicular en el bulevar Tepic-Xalisco sufrió un paro cardiaco y pese a los esfuerzos por trasladarla de emergencia al hospital, perdió la vida.
El caso llamó la atención de la opinión pública porque el presunto responsable identificado como Cristian huyó del lugar, no sin antes quitar las placas de su camioneta pick-up de color negro pese al estado de ebriedad en el que iba conduciendo, ya hay videos donde se le ve escapando, así como días después imágenes de elementos de seguridad cateando el domicilio, pero hasta el momento sigue en calidad de prófugo.
La historia se torna compleja al momento del parte final del accidente, además de Brigitte, en el auto iban sus dos hermanas menores, y sus padres, ambos con complicaciones severas, incluso en redes sociales se ha pedido ayuda para los gastos funerarios de la pequeña y para donadores de sangre que requiere el padre, un conocido comerciante de nombre José Franco.
Otra de las historias no es menos compleja, se trata del caso del pequeño Fernando, quien a sus cinco años de edad fue tomado como “garantía” por prestamistas cuando su madre de nombre Mariana no pudo cumplir con un préstamo de mil pesos. Los hechos sucedieron en el municipio de La Paz en el Estado de México, pero bien puede ser la trama en cualquier punto de nuestro país.
De acuerdo con la madre, como forma de presión, los prestamistas al parecer le arrebataron al niño, prometiéndole que se lo devolverían una vez saldada la deuda. Y pese a acudir varias veces al domicilio nunca se lo entregaron. Pero a inicios de agosto, Mariana ya acompañada por elementos de la policía, logró ingresar al domicilio de los imputados, donde encontró el cuerpo del menor dentro de un costal, con golpes visibles que le habrían provocado la muerte.
Esta semana el mismo tribunal también vinculó a proceso a los tres acusados por el delito de desaparición forzada, ya que Fernandito fue reportado como desaparecido durante siete días, hasta que fue hallado sin vida en el domicilio de los imputados. El caso al volverse mediático ha tenido la intervención de la gobernadora Delfina Gómez y de la alcaldesa de La Paz.
La tercera víctima se dio en la comunidad de Buenavista en Tarandacuao, municipio de Guanajuato cuando en estado de ebriedad Daniel llegó a su domicilio y con un machete atacó e hirió a la madre del pequeño Santiago quien con tan solo 9 años también recibió arteros golpes que, pese a los esfuerzos por llegar al nosocomio, le arrebataron la vida.
Estos casos, como muchos otros que no se conocen, o la violencia en las casas contra los menores de edad deben alertar sobre cómo estamos funcionando como sociedad, como integrantes de un grupo colectivo que debe notar cómo se incuba este tipo de comportamientos y que puede detonar en lo peor de nosotros.
La fragilidad de nuestra realidad comienza a poner a los menores de edad en las portadas de las tragedias, y eso no solo son malas noticias para todos. Y parece que tiende a empeorar si no se toman medidas más severas.
@rvargaspasaye
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