Ayer fue informado en un boletín oficial de la fiscalía general del estado, la detención del joven CRISTIAN N, quien el pasado domingo 10 de agosto sobre el bulevar Tepic Xalisco. conducía un vehículo que, al invadir el carril contrario, provocó un fuerte impacto contra otras unidades, entre estas unidades un automóvil en donde venía una familia formada por cuatro personas, en el accidente una adolescente de nombre BRIGITTE, de apenas 12 años, perdió la vida, mientras que el padre y la madre de ella, resultaron seriamente lesionados, todavía la semana pasada estaban solicitando donadores de sangre para intervenir quirúrgicamente al padre de BRIGITTE, quien se debatía entre la vida y la muerte.
Veo la foto que la propia fiscalía general del estado, difunde del hoy detenido conductor CRISTIAN N, de quien se dijo que el día del accidente, fue ayudado por su padre quien acudió al lugar de la tragedia a quitarle las placas al vehículo que conducía, y por supuesto que es un rostro compungido, contrito, con remordimiento, lleno de amargura, y desilusión por la vida, tanto por lo que provocó, como por lo que le espera.
Y dado lo triste e impactante del tema, quiero compartir la opinión de dos de mis apreciados lectores, la primera es del señor Manuel Moscoso Zárate, quien dice que “la elaboración de leyes sensatas y eficientes es lo menos que hacen los diputados locales y federales. Ya que endurecer leyes es lo más fácil y menos creativo.
Pero que, en su opinión, los negocios bares y restaurantes que venden bebidas alcohólicas deberían estar obligados a partir de determinado número de bebidas que puedan causar embriaguez retirarle las llaves de su vehículo y mandarle a casa en taxi, resguardando el vehículo en un lugar seguro o llamar a algún familiar o amistad para que maneje el vehículo”, hasta ahí lo dicho por el señor Moscoso, a quien agradezco su comentario.
Otro buen amigo y lector, conocido profesionista de enfermedades que tienen qué ver con el cerebro, tiene otras sugerencias y me comenta como en otros países funcionan otras medidas
Efectivamente endurecer las penas punibles, en los conductores por estado de ebriedad.
La reparación total de Daños. Detectar de inmediato Alcoholemia en Sangre(laboratorio)
Retirar la Licencia de manejo por varios años, so pena de una nueva sanción si se le encuentra manejando
Todo automóvil en movimiento debe contar con Seguro de cobertura total médica y económica y legal. Sancionar con Ley Restaurativa a todos los involucrados en el Daño.
Sancionar con acudir a tratamiento supervisado y certificado en adicciones como mínimo 6 meses
No permiso de manejo a menores de edad. Mano dura contra los expendedores de alcohol a Menores de edad
Al reiniciar su licencia, (esto aplica a aquellos que se las cancelaron por un tiempo por conducir ebrios), hacerles un examen formal digital y en movilidad real por personas capacitadas de la secretaría de movilidad.
Se pueden agregar algunos Servicios Comunitarios para personas que no provocaron accidentes, pero iban alcoholizado como pintar escuelas, fachadas, machuelos, limpieza de la ciudad, reforestación, etcétera.
Agradezco los comentarios, de los ya mencionados amigos, y me parece que algunas de estas ideas incluso ya están en puestas en práctica, y otras sugeridas en este texto, pudieran ser muy útiles.
Aunque, por otra parte, ningún castigo, incluso si existiera la pena de muerte para casos como este o similares, devolvería la vida a nadie, ni al afectado, ni al afectador, como en este caso preciso.
Y recuerdo con tristeza, aquella tragedia se que dio hace muchos años, en un 12 de diciembre, cuando un camión cargado de costales de cal, se quedó sin frenos en la autopista y ese día iban los fieles católicos haciendo su camino de peregrinaje a la iglesia del Pichón, ocurriendo una gigantesca tragedia que hoy día todavía lamentamos, más de 12 muertos, muchos de ellos niños que incluso no eran encontrados por lo estrepitoso del accidente.
Bueno, la historia es que el conductor del vehículo fue puesto en prisión, y luego de una legítima defensa finalmente a los dos o tres años, quedó libre, pero a los meses murió luego de haber contraído una pertinaz diabetes, y haber caído en depresión por el accidente ocurrido, del cual seguramente nunca tuvo la intención de ocasionar, pero para su persona fue demasiado el ver a tanta víctima esparcida por la carretera y los campos, y saber que él iba manejando el pesado camión.
Tampoco sé si el maestro que en avanzado estado de ebriedad, arrastró por más de un kilómetro a un motociclista desde la salida del panteón Jardines de San Juan, hasta la entrada a las Brisas, provocándole una muy dolorosa muerte, y dejando a una familia sin padre, pueda vivir con su conciencia tranquila.
Lo repito, ningún castigo puede devolver la felicidad a nadie, los perjudicados vivirán eternamente con el dolor de la pérdida de un ser querido, mientras que el causante, vivirá eternamente con el remordimiento de haber acabado con la vida cotidiana, feliz y habitual de una familia.
Lo más irónico que situaciones como esta, se podrían salvar pagando un taxi o in driver con 100 pesos, o quizá poquito más o menos, pero se evitarían años de cárcel y de luto…hasta mañana