Hace siete décadas abrió sus puertas el Asilo Juan de Zelayeta, que desde entonces se ha convertido en hogar para muchos adultos mayores en Tepic. Aquí, más allá de los cuidados básicos, se busca reparar la dignidad con actividades, charlas y la simple compañía de alguien que escucha.
La directora del asilo, Sor Susana Reyes Araiza, explicó que la labor de la institución ha sido posible gracias a la solidaridad de la sociedad. “Es un servicio en gratuidad, porque quien sirve no espera nada a cambio. Nos ha dejado mucha satisfacción porque sabemos que lo hemos hecho con entrega, y también lo hicieron muchas hermanas que hoy ya no están”, señaló.
El aniversario también visibiliza los nuevos retos del cuidado a la vejez. Reyes Araiza comentó que hoy los adultos mayores llegan con mayor deterioro físico y emocional que hace unas décadas. “Antes llegaban caminando a los 80 años, ahora muchos ingresan en silla de ruedas y con múltiples enfermedades. Eso tiene que ver con los cambios en la familia y la desatención que enfrentan”, dijo.
Entre las historias actuales está la de Ana Karen, de 33 años, diagnosticada con parálisis cerebral. Tras la muerte de su padre, quien era parte del asilo, se quedó sin familia y fue recibida en el lugar. “He estado en otros asilos y ninguno como éste. Necesitamos pañales, toallitas, medicamentos, shampoo, jabón y pasta dental”, comentó al agradecer el apoyo de la institución.
El asilo subsiste gracias a donativos y al esfuerzo constante de voluntarios. Más que un espacio de asistencia, representa un compromiso colectivo de respeto hacia quienes fueron fuerza laboral y corazón de muchas familias nayaritas.
