El Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero es una figura política experimentada, que conoce la naturaleza política de la administración pública. Esa es la razón por la que dialoga, se compromete y cumple, construye acuerdos, se coordina y todo sin abandonar principios y valores que lo han acompañado a lo largo de su vida. Sabe de la naturaleza humana.
Se suele decir de un perfil así, que la persona tiene mano izquierda (lo que el diccionario nos define como la “Habilidad o astucia para manejarse o resolver situaciones difíciles”). Esa virtud es la que lo llevó a la gubernatura apoyado por un número de electores que no tiene precedente. Esa es la razón por la que tirios y troyanos le respetan y le reconocen.
Esa habilidad para resolver conflictos o situaciones de crisis, hace que no les falte firmeza a las determinaciones. Cuando ha sido necesario actuar con firmeza, así lo ha hecho. Sin titubeos, decide y se avanza y si hay necesidad de hacer cambios en la ruta, lo hace sin que la mano le tiemble. Por eso es que no extraña que aborde los temas de la vida pública con fuerza, con claridad y carácter.
Recientemente se ha referido a los sinvergüenzas que han abusado de la buena fe y de la confianza que se depositó en algunas personas. ¿Quiénes son esos sinvergüenzas? Las duras palabras del mandatario estatal se dirigen a todos aquellos que traicionaron la confianza de los nayaritas que votaron por ellos, que los llevaron al poder. Se refiere a esas personas que se apropiaron desde sus cargos públicos, de lo que se configura históricamente como patrimonio de los nayaritas, de todos los nayaritas.
El poder, dispone la Ley Fundamental de nuestra nación, dimana del pueblo y se establece para su beneficio, para beneficio de la gente, de todos. Es por eso que el gobernante nayarita se refiere a los que se han apoderado del patrimonio de la sociedad, como “sinvergüenzas” que han abusado de la buena voluntad de la gente. Esos sinvergüenzas abusaron de la gente porque el poder que se les confió, solamente lo utilizaron para su beneficio personal, para beneficio de sus compinches y de sus familias.
No ha sido sencillo avanzar en esos terrenos movedizos. Se han debido asumir riesgos y se ha debido asumir con firme determinación la serie de consecuencias de esos actos reivindicatorios. Ese es el valor que posee la serie de acciones que ha realizado el mandatario estatal con el respaldo profesional de su equipo de gobierno y de manera especial, del abogado Gabriel Camarena Morales, asesor jurídico del gobierno de Nayarit que encabeza a un equipo de personal altamente comprometido con la causa Nayarit.
Cuando se hace referencia a las tierras movedizas, se alude a la peligrosidad de quienes han sido afectados por los procesos legales que se han realizado. Los procesos legales que han significado la recuperación de bienes en favor de Nayarit representan un valor superior a los once mil millones de pesos. La cifra nos puede dar una idea de lo que ha significado para Nayarit recuperar ese patrimonio. Esa misma cifra también nos puede describir el nivel de reacción de los sinvergüenzas que han sido afectados con esa recuperación por la vía legal. La furia con la que han reaccionado los afectados es de enormes proporciones y evidentemente se afanan por recuperar lo que consideraban como que ya era suyo.
Se han convertido en ojo de hormiga los afectados por la reivindicación del patrimonio nayarita. Así, han logrado mantener presencia indirecta y eso lo sabe cualquiera en el estado. No obstante, parece que gozan todavía de influencia política o en la esfera del poder. Recientemente hemos visto como se localizó al exsecretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, quien está acusado de ser o haber sido líder del grupo criminal “La Barredora”. Este resultado es reciente si tenemos en cuenta que el escándalo tiene poco de haberse dado a conocer. En contraste, quienes de manera abusiva se apropiaron de porciones del patrimonio de los nayaritas, ni siquiera se tiene una idea de su localización. La “Operación Ojo de Hormiga” les ha funcionado a los sinvergüenzas; ya veremos hasta cuándo.
El estado de Nayarit no ha merecido ninguna traición. Esto amerita un análisis aparte, pues el estado no merece otra traición a manos de quienes fueron depositarios de la confianza popular. Si se sigue depositando el poder y la confianza en quienes se han enriquecido a costa del bienestar de la gente, las cosas van a empeorar y se abrirán las puertas de otras formas de violencia social. De manera relativa, podría ser moralmente “tolerable” (¡Santísima Madre de Dios!) qué se soslaye la presencia de sinvergüenzas o de sus aliados; pero entre eso y entregarles el poder (que dimana del pueblo) para que gestionen su impunidad y para que disfruten de riquezas mal habidas, hay una distancia inconmensurable.
¿Por qué esta reflexión a estas alturas? La respuesta es sencilla: porque estamos en la víspera del cuarto informe de gobierno del doctor Miguel Ángel Navarro. Por tanto, a menos de dos años de la jornada electoral que definirá el nombre de la persona que sustituirá en la titularidad del Poder Ejecutivo al actual gobernante nayarita. La responsabilidad llama a la puerta de la inteligencia política que dirige la nación.
Creo que el pueblo de Nayarit no se equivocó al volcarse a votar por el doctor Navarro para que asumiese la titularidad del Poder Ejecutivo estatal. La obra que ha realizado no se puede medir con el número de obras realizadas, ni por las acciones de apoyo a los sectores más desfavorecidos.
Tampoco puede medirse le relevancia de la obra de Navarro Quintero, por los empleos generados o por la inversión directa que se ha traído y consolidado en el estado. La mayor obra del Gobernador Navarro Quintero, la de mayor significación, la de mayor relevancia, es una obra política que ha llamado a subvertir el orden de cosas que ya no podía sostenerse. Eso hace que las decisiones sean cada día más cercanas al sentir popular. El bienestar de todos amerita inteligencia y ánimo incluyente.