A cuatro décadas del devastador terremoto que sacudió la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985, el exdirector de Protección Civil del Estado, Pedro Roberto Basulto Mares, rememoró la participación de un grupo de bomberos nayaritas que él encabezaba cuando acudieron a la capital del país para apoyar en las labores de rescate.
Basulto Mares explicó que, por instrucción del entonces gobernador Emilio González, un equipo conformado por 12 bomberos nayaritas con él al frente, viajaron a la Ciudad de México para sumarse a los trabajos de salvamento. A su llegada, fueron asignados al área del colapsado Hotel Regis, donde lamentablemente perdieron la vida dos ciudadanos nayaritas, padre e hijo de apellido Mondragón.
Posteriormente, el grupo de rescatistas fue enviado al Hospital Centro Médico, uno de los sitios más afectados por el movimiento telúrico. Ahí, con el apoyo de brigadas provenientes de otros estados, lograron rescatar con vida a tres personas atrapadas entre los escombros.
Durante 30 días de intensas labores, los bomberos nayaritas colaboraron en la recuperación de cuerpos y en la remoción de estructuras colapsadas en diversos puntos de la ciudad de México: “Han pasado 40 años, pero todavía recuerdo todo como si hubiera sido ayer la tragedia”, expresó con nostalgia Basulto Mares.
El exfuncionario relató que, si bien como socorrista está acostumbrado a enfrentarse a situaciones dolorosas, la magnitud de la tragedia en la ciudad de México en el año de 1985 dejó una profunda huella en su vida: “es muy difícil ver entre los escombros a hombres y mujeres sin vida. Aquello fue devastador, nos marcó para siempre”, comentó conmovido.
Finalmente, Pedro Roberto Basulto Mares hizo un llamado a fomentar la cultura de la prevención entre niños y jóvenes, destacando la importancia de estar preparados para enfrentar fenómenos naturales como sismos, huracanes o inundaciones: “los gobiernos hacen su parte al capacitar a los cuerpos de rescate, pero es vital que la ciudadanía actúe con serenidad para proteger su vida y la de los demás. Ojalá que una tragedia como la de 1985 nunca vuelva a repetirse, ni en México ni en ninguna parte del mundo”, concluyó Basulto Mares.